Enrique de Diego.
Eres, Ignacio PaniAguado, ni carne ni pescado, ni frío ni caliente, es para vomitarte; eres la hez de la política, incluso peor, que ya es decir, a pozo de mierda Inés Arrimadas; naciste traidor y has sido -¡qué bien suena el has sido!- contumaz en tu perfidia de mediocre oponiéndote a todo, con insidia, como el más rastrero entre los rastreros, incapaz de defender a los madrileños cuando eran el tenebroso objeto de deseo del chulo puta, grandísimo hijo de la gran puta, de Pedro Sánchez; acicateando las malas artes contra los ciudadanos, buscando su ruina, el hambre y la miseria, que los tendrás tú cuando, más pronto que tarde, abandones la política. Porque no tienen recorrido las mociones de censura, la argucia del negado Padre Gabilondo, ni la de Milhouse, que va a desaparecer por el sumidero de la historia, como todos los engañabobos. Tendría maldita la gracia que hubiera una moción después de convocar elecciones, eso no se sostiene. Te has quedado pasmado. Tienes la cara inefable e inconfundible de los tristes, de los amargados, vas a ser el enterrador de esa cloaca llamada Ciudadanos.
Eres un progre vergonzante, que te apuntabas al 8 M para que te defequen, orinen y escupan, como es tradición de todas esas brujas, pero tú con tal de figurar te apuntas a un bombardeo, tonto del culo, que para pasar por progre eres abortista, estás a favor de la eutanasia, de los vientres de alquiler y de cualquier mamarrachada, cuando no eres más que un transbobo. Te voy a demostrar en los tribunales, cuando me lleve por delante a la jueza Marta Alba Tenza, indigna de llevar la toga, que eres también un corrupto de marca mayor, que hiciste comprar los puestos a los de Ciudadanos en las elecciones municipales en una piñata vergonzosa, invitación a la corrupción irrestricta, y a ti te compró el puesto tu padre, según fuentes contrastadas y solventes, porque nos vales para nada, no vales ni lo que costó de bautizarte; no has hecho nada, salvo salir en todos los medios haciendo el ridículo hasta haber hartado a todos los ciudadanos, que no te tragan, no tragan ni tu debilidad de carácter, ni tus formas harteras y melosas, de forma que un gesto característico tuyo es golpear una mano con otra sin que salga ningún ruido. Prepotente flatulento, sin peso ni sustancia; enemigo de la libertad, especialmente de la de expresión.
No te va a votar nadie, no te va a votar ni el peludo, sólo tal vez Perico J y ese pozo de vanidad, devoradora de hombres -Perico es medio, está más muerto que vivo, totalmente desacreditado- de Cruz Sánchez de Lara, a la que intrigante has premiado el 8 M por la Comunidad de Madrid. Entonces ya vi que algo te iba pasar, malo, por supuesto, porque Perico bajo el influjo de Cruz es el rey Midas invertido y anal, todo lo que toca lo convierte en mierda. Vas a ser una vergüenza pública, vas a entrar en libro de los récords, el piltrafilla menos votado; ganado a pulso el descrédito, con ese tránsfuga vocacional de Ángel Garrido, vaya engendro. Lo vas a pasar mal, tendrías que devolver tus sueldos, tan inmerecidos, tan injustamente cobrados; vas a ser un payaso del que todos hacen escarnio, porque tú lo has hecho a los demás como cuando te enseñaste con Cristina Cifuentes. Como has tratado a los demás, serás tratado. Ya has bajado de estatura, ya te han desaparecido los implantes capilares de acomplejado, pronto te vas a desvanecer entre le desprecio general. Me cago en ti, Ignacio PaniAguado, ha tenido un éxito arrollador y abrumador en twitter. Eres una mierda, tan mierda, que vas a atascar el sumidero de la historia y va a haber que empujarte, so mierda. Rata de cloaca infecta y hedionda.