Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
No hay día por insignificante, extraño o difícil que parezca, que no merezca la pena ser vivido’.
Enrique San Francisco
Rogelio Enrique San Francisco Cobo, popularmente conocido como Quique San Francisco, nació en Madrid, 10 de marzo de 1955 y ha muerto el 1 de marzo de 2021, unos días antes de cumplir 66 años. El actor fue ingresado a principios de enero por una neumonía. Tuvo que suspender la gira de su monólogo al notar los primeros síntomas de la enfermedad. Padecía una neumonía necrotizante, una infección pulmonar poco frecuente que le mantuvo varias semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Clínico de Madrid, adonde llegó gracias a la ayuda de un amigo policía justo cuando el temporal Filomena había incomunicado Madrid por una intensa nevada
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La penúltima era el título de su ultima obra, un monólogo agudo y desternillante en el que Quique creaba su personal humor canalla y a la vez entrañable, como una especie de quijote alternativo y políticamente incorrecto. Era un hombre libre – como pudimos comprobar en la magnífica entrevista realizada para el programa de Bertín Osborne – no se callaba aunque pudiera escandalizar a los patriarcas del pensamiento único. Y era una gran actor que deja una carrera con más de 70 películas y 40 obras de teatro.
Su madre y su referente la actriz Enriqueta Cobo, Queta Ariel. Conoció a su padre, el también actor Vicente Haro cuando tenía 17 años y ya había adoptado el apellido de su padrastro. Se convirtió en su amigo. Genio y figura.
Quique San Francisco debutó en el cine con tan solo seis años ( 1961 ) tras haber hecho publicidad. En el teatro debutó dos años después en El sueño de una noche de verano. En 1965 realizó su primera actuación televisiva, interviniendo como protagonista en la serie de Televisión Española Santi, botones de hotel.
Y enseguida llegó la hoy olvidada pero curiosa e interesante El aprendiz de clown 1967 de Manuel Esteba. El argumento era poco original: Un pobre huérfano, que vive de la caridad de sus vecinos, es adoptado por el payaso de un circo que siente por él un cariño paternal. El tono chaplinesco ( como Zampo y yo, de Luis Lucia con Ana Belén y Fernando Rey ), pero el payaso era nada menos que el grande y mítico Charlie Rivel.
Brilló en el teatro (La noche del sábado, El enfermo imaginario, Arte). En radio ha colaborado en No somos nadie, presentado por su amigo Pablo Motos en M80 Radio. También ha participado en videoclips, con Loquillo y Trogloditas (El Mánager) con el amor de su vida, Rosario Flores (Gypsy Funky Love Me Do) y con La Fuga (Humo y cristales).
No faltaron películas: Diferente, 1962 de Luis M Delgado y Alfredo Alaria, Estoy hecho un chaval, 1970, de Pedro Lazaga, con Paco Martínez Soria.
La larga noche de los bastones blancos, 1977 la mejor obra de Javier Elorrieta protagonizada al lado del inolvidable José María Rodero: un joven nacido en un entorno rural, Andrés (San Francisco), que viaja a la jungla madrileña para buscarse la vida. Allí sufrirá una serie de desencantos amorosos que lo llevarán a conocer, en una taberna, a otro invidente como él (Rodero ). Impresionante duelo interpretativo.
Quique San Francisco fue una de las estrellas del subgénero conocido como cine quinqui, era uno de los pocos supervivientes que quedaban de aquella época marcada por la droga y la muerte joven. Dejó su huella en el género tras su intervención en varias películas dirigidas por Eloy de la Iglesia como Colegas (1982), Navajeros (1980) o El pico (1983)
Navajeros fue la más destacada, protagonizada por José Luis Manzano, el que fue llamado en aquellos años el James Dean español, y José Sacristán. La historia cuenta la vida de las pandillas callejeras y las prostitutas que tratan de subsistir en los barrios bajos de la ciudad, Enrique San Francisco daba vida a El Marqués, un simpático canalla de especial personalidad y sensibilidad.
Le vimos en Maravillas 1980 de Manuel Gutiérrez Aragón, Amanece que no es poco 1988 de José Luis Cuerda, Paris Tumbuctu, 1999 de Berlanga y sus últimos trabajos fueron: Sin rodeos, de Santiago Segura, 2018 y 4 latas 2019 de Gerardo Olivares.
Quique San Francisco interpretó además el papel de Tinín en ‘Cuéntame cómo pasó’ desde 2001 a 2008, la famosa serie protagonizada por Imanol Arias y Ana Duato, de larguísima permanencia en la TV.
Tenía muchos proyectos, vivía al instante, su vida estuvo llena de vicisitudes y derrochaba talento. Su rostro parecía dibujado por Picasso, era un actor, un gigantesco actor de la estirpe de los grandes cómicos españoles. Sin duda inmortal como ellos.