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Mi niña

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

Mi niña es una película dirigida por Lisa Azuelos con Arnaud Valois, Sandrine Kiberlain, Yvan Attal, Patrick Chesnais, Thaïs Alessandrin. El argumento rezuma sentimentalismo y aunque no sea original supone un punto de partida interesante en ese complejo universo que es la relación entre padres e hijos. 

Héloïse es una madre de tres hijos que tiene una pequeña crisis cuando la más pequeña de ellos, Jade decide que al cumplir los dieciocho años, abandonará su vida en Francia para seguir con sus estudios en Canadá. A medida que se acerca el momento de que Jade continúe su vida lejos de casa, Héloïse ve aumentar su estrés y no puede parar de pensar en todos los momentos vividos con su pequeña.

Una hermosa historia sobre el amor y la complicidad entre una madre y la que siempre será su niña, aunque haya crecido y deba volar por sí misma. Nada nuevo, pero el tema siempre es efectico y proclive a la emotividad.

La francesa Lisa Azuelos vuelve a repetir el tono y algunos temas de su obra anterior LOL ( casi 18 ) que protagonizaron Miles Cyrius y Demi Moore. En esta película de 2018 se abordaban cuestiones como la maternidad , la responsabilidad, y a la vez  la inmadurez de muchos adultos, capaces de sentir un gran cariño filial aunque en sus vidas personales dominen los fracasos o los desarreglos.

La película se basa en experiencias personales de la directora Azuelos. Ella vivió ese momento difícil en que la hija abandona el nido materno porque ha de iniciar su propia vida. Esos instantes de zozobra, de sentimientos encontrados aparecen en la película y constituyen lo mejor de la misma. La combinación de instantes de comedia con escenas dramáticas funciona bien formando así un caleidoscopio femenino y sentimental. En cambio la historia se resiente por la dispersión de varias subtramas acerca de las  relaciones amorosas de madre e hija.

La madre pretende ser una mujer “ moderna “, lo que no significa madurez, no coherencia completas. Pese a ello la diferencia generacional siempre brota. Es aquí donde seguramente la película se muestra más superficial, como si no se sintiera capaz de ahondar en la profundidad de los sentimientos más reales, los que nacen en el corazón, en el alma. 

Pese a sus insuficiencias “Mi niña “ se sigue con interés, sobre todo por la química y la gran interpretación de sus dos protagonistas femeninas, madre e hija, que sostienen la película y con las que el espectador se identifica. El resto de personajes no están tan bien definidos. Cabe destacar como curiosidad la presencia en el reparto de  Victor Belmondo, nieto del famoso  Jean-Paul Belmondo.

Lástima que la autora no haya sido más valiente, menos superficial, a la hora de abordar ese nido vacío, esa madurez personal, esos valores que pese a todo fundamentan el sentido de la existencia.

Querer a alguien y saber que has de dejarle marchar.  Ese es el núcleo de Mi niña. Y la ternura de las miradas de las dos mujeres termina por compensar los momentos más débiles de la historia.