Editorial.
La votación por unanimidad aprobando tratar a cuerpo de rey a los menas, va a provocar un efecto llamada demoledor y representa un tremendo agravio comparativo para todos los canarios, en primer lugar, y para todos los españoles. El Parlamento de Canarias ha convalidado por unanimidad el decreto ley del Gobierno de Canarias que modifica la normativa de atención a la infancia para que los menores migrantes -más de 2.600 bajo tutela de la comunidad autónoma- puedan ser atendidos en albergues juveniles, residencias de estudiantes, establecimientos turísticos alojativos u otros establecimientos residenciales de uso colectivo similar, y además sin limitación de número -estaba fijado en 20- salvo que se superen las condiciones de aforo.
Esta votación representa un acto de traición, porque lo que está viviendo Canarias es una invasión en toda regla, que se hace con el dinero de todos los contribuyentes. Entra de los planes genocidas a los que se ha plegado Pedro Sánchez y Grande-Marlaska, en los que tiene un participación estelar el ministro Escrivá, favorable a que los menas, que no son tan menas, lleguen a ser 6 o 7 millones. Pero lo que nos interesa ahora destacar es esa unanimidad, en la que han participado Ciudadanos y el PP, por la que se entregan a los menas los mejores alojamientos y todo el aparato de ayuda social de las Islas. Estos no se enteran de que va el tema, del temor aullando por las calles, de los conflictos que crean los menas, estos partidos de imbéciles ponen en peligro a la población, la unidad de España y su integridad territorial.
La forma de protestar, de penalizarlos, ya que a los canarios mayoritariamente en total desacuerdo, el Parlamento canario no les representa, es no votarles, bajo ningún concepto en las elecciones catalanas. A nosotros Canarias nos importa y mucho. A Ciudadanos y al PP les importa un bledo. Hablarán de la unidad de España en Cataluña sin ninguna credibilidad. No votarles es la postura coherente que pedimos a nuestros lectores.