Enrique de Diego.
Mira que eres manipulador, Pedro J, a la vejez, viruelas, te has convertido en el mayor lameculos del reino, cosa que a ti te gusta. ¡Te hace unas encuestas! Te debes preguntar a ti mismo. Ten un poco de decencia hombre. Lo de Inés Arrimadas ya que te lo hemos afeado, que pozo de mierda está con el agua al cuello, y un poco más arriba, porque en Cataluña se pega la torta padre, y tú le vendes a Pablo, Pablito, Pablete, cagica, que si salva a la soldado Arrimadas y van juntos, no sé a dónde, a las elecciones, le prometes la presidencia del Gobierno. ¡Venga ya! Esa globalista está más quemada que la moto de un hippie y la quieres meter como caballo de Troya del chulo puta Pedro Sánchez. ¡Pero si después del batcazo monumental que se va pegar en Cataluña va a quedar para el arrastre y la disolución, la maldita globalista esa!
Donde te has pasado de frenada ha sido en que a los españoles les gusta pagar peajes. Te aseguro que tal cosa sienta muy mal y no hay nadie a favor, sino brutalmente en contra, para que digas, lameculos de Pedro Sánchez, que «no es de extrañar que, de forma recurrente, surja la duda sobre la necesidad de peajes en las grandes carreteras españolas. Algo que no disgustaría a buena parte de los ciudadanos como demuestra la encuesta que hoy publica El Español elaborada por Sociométrica». Dirás cocinada por ti, que eres una vergüenza nacional, que das grima; después del ridículo de la fiestojota te superas en la estupidez, que estás para sopitas de vino, que se cachondea todo el mundo de ti y Periodista Digital, de tu antiguo colaborador, llama a tu penoso digital «progubernamental» y el eurodiputado periodista Hermann Tertsch te tilda de «fregona». Patético. Bochornoso.
La voz de la calle ha dictado sentencia de las apariciones de Agatha Ruiz de la Prada en Nochevieja teniendo el donaire y el señorío de ir a Telecinco a sacar fondos para Nuevo Futuro, mientras tu Cruz, pesada Cruz, ha conseguido ser vicepresidenta de El Español por ser la señora de…¡Hay que tener papo! Y esa voz de la calle establece sin duda alguna que «Pedro J no era nadie sin Agatha. Ha sido clave en su vida y ahora sin ella, no es nadie. Siempre ha sido un paleto. Ahora es un desastre». Ni como lameculos sirves: se te nota mucho que la gozas y das asco.