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Gran indignación en Galapagar contra Pablo Iglesias

Redacción




Javier de la Calle.

Anoche el grupo de agentes de la Guardia Civil que cada día atosiga a los jubilados asistentes a las reuniones pacíficas, legales y no agresivas pasó todos los límites al inventarse otro operativo policial y con ello echar a un pequeño grupo de jubilados que se sentaron, a 200 metros de la mansión del líder de la extrema izquierda, a comerse un chocolate con roscón.

Estos mismos falsos «héroes» de uniforme son los que hace 3 días, casualmente, se metían en un bar de Colmenarejo y cacheaban justo a los mismos que acuden a esas reuniones, de los que conocen de sobra su filiación e historial de antecedentes que no tienen.
No sabemos si estos machotes hacen esto por iniciativa propia esperando alguna medallas favor u ordenado por la Guardia Civil o por el propio líder comunista, como si Galapagar fuese de su propiedad o tuviese un poder de Caudillo de Galapagar.
¿Dónde está ese alcalde para hacer un comunicado quejándose de esta presunta arbitrariedad y abuso de poder?
A los agentes les recordamos que todo lo que hacen tiene un precio y que van a acabar con serios problemas legales y disciplinarios porque no… No tienen las espaldas cubiertas y les van a dejar caer cuando toque dar explicaciones al de la Toga. Limitar derechos constitucionales tiene un precio y la obediencia debida no sirve de excusa. Señores agentes, están ustedes jodidos.
Estos vecinos van a avisar al 112 cada vez que sean agredidos o limitados sus derechos de forma abusiva.
Galapagar es de los galapagueños, no del señor Iglesias. Si le molesta la gente que se compre una finca más grande. La Guardia Civil ni puede ni debe limitar la libre circulación de forma arbitraria amparados en unos operativos policiales sin sentido ni justificación sólida.
Pablo Iglesias no se preocupó ni por el estado del Puesto de la Guardia Civil cuando hace un año trabajaban en una situación lamentable, y eso que eran los que cuidaban de él y su familia, y ahora que Galapagar sea el pueblo de España con menos inversión en servicios sociales parece traérsela al pairo también.