Javier de la Calle.
Hoy publicábamos un artículo sobre un suceso entre los guardias civiles que están cada tarde en la mansión de Pablo Iglesias y esos vecinos, de 60 años de edad, que allí acuden cada tarde, pero lo llamativo es que no ha ocurrido en Galapagar sino en un bar de Colmenarejo, donde fueron cacheados como si de delincuentes habituales se tratase y sin motivo tangible que lo justifique.
Es curioso cuando hace 2 días Madrid Directo entrevistaba a vecinos por el aumento de la delincuencia y el vandalismo, dónde se quejaban de no ver a la Guardia Civil.
Esta misma tarde, esos vecinos que se reúnen pacíficamente y de forma legal a pasear y merendar, han sido nuevamente coaccionados para irse entre empujones a mujeres de entre 60 y 70 años porque estaban tomando chocolate con churros a 200 metros de la mansión, como si a partir de una hora concreta solo Pablo Iglesias y quién él decida puedan moverse libremente por esa zona.
Uno de los vecinos, que reside a escasos 300 metros de la mansión del líder de la extrema izquierda, ha sido incluso detenido y conducido al Puesto de Galapagar.
El portavoz de la Plataforma de Sancionados por Pablo Iglesias ha tenido que llamar al 062, Central de la Guardia Civil en Tres Cantos, y pedirles ayuda ante la actitud agresiva de los agentes. Se les ha garantizado que enviaban un oficial para poder solucionar el incidente.
La actitud de este grupo de agentes, que parecen actuar como si tuvieran impunidad, empieza a ser preocupante y reprochable y la Dirección General de la Guardia Civil debe frenar esta actitud de forma urgente.