Luis Bru.
Pedro J Ramírez da cada día más muestras de senilidad y Cruz Sánchez de Lara se muere por figurar. Pedro J Ramírez, el mayoritario en el Consejo de Administración, ha nombrado a Cruz Sánchez de Lara vicepresidenta del Consejo para que figure, «le ha encomendado potenciar su papel y coordinar sus actividades, como máximo órgano rector de la compañía». Máximo, mínimo y único, así que no se nos alcanza qué va a coordinar, ni qué va potenciar. La ambiciosa sin causa «pertenece al Consejo de Administración desde 2015», en representación de la inversión realizada por el empresario colombiano Carlos Mattos.
Luego El Español publica un curriculum con mucho humo y mucho nombre en inglés de Cruz Sánchez de Lara, en donde lo único relevante son las dos últimas líneas: «Tiene un hijo y está casada desde 2017 con el presidente y director de El Español, Pedro J. Ramírez». Al que le va a dejar sin nada, ya es propietaria de dos pisos en el barrio de Salamanca, sufragados por el presunto periodista. La realidad es que en el mundo del Derecho le va fatal, desde que se vio incursa en un proceso por inducir a presentar denuncias falsas del que salió malparada y se ha buscado una salida más o menos digna, pero nada feminista.
En el mundo del periodismo, al margen de haber pescado a su maridito, todavía se recuerda el ridículo estruendoso que hizo e hicieron la parejita organizando una cena, sin respetar ninguna de las medidas de seguridad sanitaria que nos imponen al resto de los mortales, en el Casino de Madrid.
El nombramiento de Cruz coincide con un mal mes de audiencia de El Español, según el medidor oficial comscore. Ha sido superado por 20minutos y El Confidencial que han obtenido 20,8 millones de usuarios únicos cada uno, por 19,6 millones El Español, audiencia, por otra parte, muy cuestionada. El Español es el tercero de los nativos y el séptimo en el computo global.