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Cartas a mi Padre asesinado por Sánchez e Iglesias XVIII-Vacunas, eutanasia y tantos engaños de tus asesinos

Redacción




Ignacio Fernández Candela.
Amado Padre:
 
Si lo peor está por llegar, con lo provocado por este monclovita de rasgos psicopáticos, España está condenada a la violencia social. La gente revienta con rabia cuando los malos gobernantes ignoran los riesgos de un estallido popular. Primero matan, luego extorsionan desfondando las economías caseras, torturando con despiadada obligación impositiva y se burlan ostentando la riqueza que roban, para luego acomodarse en el engaño masivo seguros de tener dominado al rebaño. ¿Hasta cuánto están dispuestos a soportar los ciudadanos que además van a ser registrados en una lista negra por negarse a ser vacunados? Unas vacunas impuestas cuando los efectos del virus de laboratorio son solo residuales para justificar el sometimiento del sufrido pueblo. ¿Qué clase de cobarde y estupido aborregamiento permite a criminales continuar su carrera de total exterminio? 
 
Vacunar con no se sabe qué a familias enteras multiplicados por millones… ¿Quiénes están dispuestos a sacrificar sus vidas, la salud de los suyos, por sospechosos objetivos que no son sanitarios? La sospecha va más allá de la lucubración: ¿quién, salvo los insensatos e imbéciles incondicionales, va a obedecer a un desgobierno criminal que por inepcia y voluntariedad ha sembrado la misma cizaña, o más, que acabaron con tiranías como la de los Ceaucescu, Gadafi o Mussolini, todos socialistas? 
En España se nos ha juntado la gentuza de los bajos fondos políticos y sociales con la oportunidad del coronavirus para que este neocomunismo y globalismo tomen, en un plan concertado a nivel mundial, el poder en el mundo. El Mal generalizado de las huestes de Satanás sobre la Tierra, Papá, desde hace miles de años profetizado por el Apocalipsis. Ese tiempo ha llegado. El Mal revelado sin tapujos, la Bestia desatada… aunque menuda panda de esperpénticos majaderos se ha agenciado para llevar a cabo tan holístico destino. 
 
Sí es verdad que la realidad supera a la ficción, pero conocidos los zarrapastrosos personajes del plan en el desgobierno social comunista, parece que la imaginación del Diablo es poca observando con profundo asco a los miserables que secundan el proyecto global de la malignidad que padecemos. 
Afecta al mundo entero esta movilización de manadas satánicas, pero a nosotros nos incumbe el daño que ha infligido este desgobierno golpista devenido de un pucherazo electoral. Incluso, al parecer el inicuo Zapatero pudo ganar sus sendas elecciones sangrientas con un fraude en las sombras, como parte del plan de manipulación electoral que funciona desde hace decadas. Y ahora lo sabemos después de haber tragado tanta hiel, matanza del 11-M incluida. Del clamor de la Justicia podría pasarse al grito unísono en busca de venganza, ciertamente. Observando la Historia de las civilizaciones siempre acaban mal quienes rompen la paz y el desarrollo de las sociedades. 
 
Mentira tras mentira han estafado, robado, delinquido; cubren entero el codigo penal del delito común al que sumar el genocidio. El engaño surtió efecto hasta que los hijos de Satanás se quitaron las máscaras confiados en que sus muchas acciones delictivas están protegidos por la sectaria corrupción de una Justicia sobrepasada por los enemigos de España. Enemigos que han tomado el Gobierno para llevar a cabo un proceso de eutanasia encubierto que, además de la tuya y la de tu suegro Enrique, costó la vida de decenas de miles de inocentes. Mataron protocolariamente y ahora pretenden un exterminio legalizado con otra de esas leyes surgidas de la imposición, pretextando la pandemia que es menos mortal que los aberrantes efectos de sus presencias vivas siendo engendros del averno, literalmente. Sus comportamientos, actitudes y caracteres son la descripción perfecta de un aquelarre en consonancia con los frutos que da el árbol podrido de la maldad. Por sus obras los conoceréis, sin lugar a dudas quién es quién en estos tiempos de tintes apocalípticos. 
Si enumeramos los males que este desgobierno criminal ha perpetrado tras colarse un fraude electoral a inagen y semejanza de lo sucedido en EEUU, podríamos decir que una España secuestrada clama unísona por la Justicia con un grado proporcional de indignación a los daños causados. Si evaluamos esos males que han destruido nuestras vidas con una chulesca actitud de totalitarismo e ineptitud a partes iguales, ese clamor de justicia puede transformarse en un grito por la venganza. Porque ya no se engaña tras la intención destructiva del peor gobierno mundial que jamás haya existido en una democracia avanzada, siendo devastada a propósito.
Son apabullantes las razones por las que una gran mayoría de la población barrunta la intención de que cambien las tornas llevando en volandas ante la Justicia-la que hay no parece valerse para defender los derechos elementales, violados repetidamente con la excusa de la Covid-a Sánchez e Iglesias para ser juzgados en tribunales improvisados después de una revuelta popular. Millones de hacendosos ciudadanos por generaciones que están siendo arruinados por una minoría sectaria de propósitos carroñeros asisten estupefactos primero, violentados después, al dantesco teatro de la muerte y la ruina que escenifica sin escrupulos una inútil y dictatorial pandilla basura que jamás ha producido beneficios fuera de la política y que dilapida, malgasta y roba los recursos públicos, básicos viáticos de supervivencia malversados en tanto las colas del hambre ocultadas diezman a las clases medias, otrora sustento de la economía nacional. 
 
Y ahora pretenden inocular la sustancia desconocida para dar la puntilla en indefensión absoluta. Buscan la eutanasia como método de selección, asesinato legal, más allá de sus fingidos intereses humanitarios. Ocultan las muertes que provocaron en el experimento de eutanasia masiva que practicaron estos demonios que ya se han ganado las brasas del Infierno. 
 
¿Hasta cuánto aguanta una ciudadanía que todavía no lo sabe, pedirá a gritos férrea justicia contra estos ejecutores sin alma? 
 
Justicia o venganza, Papá, conceptos que, con estos satánicos azotando despiadadamente, terminarán confundiéndose.
Te extraño, tanto. Justicia.