Javier de la Calle.
Agentes de la guardia civil parece que pierden el Oremus y amenazan con denunciar a los participantes de las reuniones pacíficas y legales (según varias sentencias judiciales) en el Paseo de Riomonte de Galapagar, junto a la mansión del Líder Supremo del nuevo fascismo en España y de la Extremaizquierda, Pablo Iglesias.
La gravedad para estos agentes es sentarse en una silla en la junto a la acera a cenar unas pizzas y la amenaza de las denuncias son (sic) «mal uso del mobiliario público» porque no permiten el uso y disfrute de la acera y se les ordena quitar las sillas a la vez de que se les comunica que van a denunciar a todos. Adjuntamos vídeo de la surrealista actuación de los agentes.
Estos agentes tendrán también que denunciar a todos esos antiguos vecinos que se sientan en sillas en la acera, junto a la puerta de sus casa, a lo largo de toda España, Galapagar incluido… ¿O es a la carta?
Lo grotesco es que la propia garita, según el criterio de estos iluminados agentes, estaría infringiendo la misma normativa al impedir el paso a discapacitados y estar ocupando el 50% de la calzada sin señalización ni de ese estrechamiento ni de ese obstáculo ¿hay prevaricación ese agente, que aparenta conocer la normativa, al denunciar, presuntamente de forma arbitraria, a unos sí y a otros no?
Por cierto, la garita tenía autorización municipal emitida para uso de la Guardia Civil, ¿está de forma legal ahora que la utiliza el CNP?
¿Qué ocurriría si un conductor se despista y se empotra contra esa garita no señalizada?
Según nos cuentan, estos ciudadanos van a presentar queja, ante el DAO de la Guardia Civil, sobre la actitud de los agentes al sentirse coaccionados y limitados sus derechos fundamentales de forma reiterada, exigiendo la aplicación del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil tanto a esos agentes como a sus mandos.