Alfonso Grau. Enviado especial a Las Palmas de Gran Canaria.
La población está viviendo entre la rabia y la crispación, también en la impotencia, la invasión que sufre y que no va a tener fin. «Nos han mentido. Todos son varones, no vienen de ninguna guerra, ni están hambrientos», el comentario de un empleado de hotel, está generalizado.
No son «refugiados», ni familias, ni «menas», todos son varones entre 20 y 30 años, y van a venir más. La gente está despertando. Hay muchas críticas a los medios de comunicación que están ocultando el problema y no informan de la dimensión que alcanza ya el problema. Las críticas son muy frecuentes hacia la televisión canaria, que sigue los dictados del cuatripartido de izquierdas, que no informa del problema que se ha generado ante sus mismas narices. «Los medios de información ocultan la realidad», nos señala una joven canaria.
Las miradas se vuelven hacia Vox, partido hasta ahora irrelevante. «La gente está cambiando», señala un trabajador de dicho partido. Una colombiana, vecina suya, que no le hablaba, ahora se ha interesado por los postulados de dicho partido. Otro señor que afirma haber votado a la izquierda dice que no la votará nunca más. Los canarios está que trinan.