Virginia Montes.
En una pequeña aldea en el centro de Indonesia, cuatro cristianos fueron asesinados por terroristas vinculados a ISIS. Este es el primer ataque de este tipo en cuatro años, en un país predominantemente musulmán.
El terrorismo islamista ha vuelto a atacar, esta vez en una remota aldea de Indonesia. Este viernes 27 de noviembre, informa Le Figaro , cuatro cristianos fueron masacrados por una decena de terroristas afiliados al Estado Islámico. El ataque, extremadamente violento, se produjo a primera hora de la mañana en el pueblo de Lembantongoa. En la madrugada, ocho hombres armados con espadas y armas de fuego. Después de prender fuego a varias casas, incluida una donde se llevaban a cabo oraciones cristianas, los terroristas masacraron brutalmente a cuatro hombres. Dos fueron decapitados, un tercero apuñalado y el último quemado vivo en su casa. Según el jefe del pueblo, cuyos comentarios fueron informados por Le Figaro, la mayoría de los habitantes todavía estaban en casa en el momento de la masacre, escapando así de los atacantes. Por su parte, la policía dijo que hasta el momento no había arrestado a ningún sospechoso. Si bien aún no se ha determinado oficialmente el motivo del ataque, los residentes entrevistaron a miembros claramente identificados de los muyahidines en el este de Indonesia (MIT), uno de los muchos grupos islamistas activos en el país.
El primer ataque de este tipo en cuatro años.
Con una población de casi 270 millones de habitantes, el 87% de los cuales se declaran musulmanes, Indonesia se ha enfrentado a una importante amenaza islamista desde principios de la década de 2000. Por ejemplo, recordamos los atentados masivos de Bali en 2002, que mataron a más de 200 personas, en su mayoría turistas. El MIT, con sede en la isla de Sulawesi, había estado inactivo durante cuatro años: en 2016, Syaikh Abu Wardah Santoso, su líder, fue asesinado a tiros por la policía. Cambiado al Islam radical a fines de la década de 1990, durante la guerra civil entre cristianos y musulmanes en el distrito de Poso, Santoso había prometido lealtad al Estado Islámico en 2014. Su muerte parecía haberlo hecho dormir. El atentado del viernes bien podría confirmar el regreso a la acción del grupo terrorista.