Enrique de Diego.
Los medios de comunicación funcionan como los gorilas, cuando uno se sacude en los pectorales todos le siguen. Los medios tienen propietarios que son los machos alfa de ejércitos privados de los llamado periodistas que, desentendidos de la verdad y de su búsqueda, defienden los intereses de las élites. La manada de gorilas lleva cuatro años hiriéndose los pectorales contra Trump, y el tono lo doy la CNN dando un reportaje, el mismo día de su toma de posesión, sobre el asesinato de Trump: es lo que les gustaría, matarle.
Lo que soportan de Donald Trump las élites que dominan los medios es ésta frase y lo que contiene: “Estamos salvando el mundo de una filosofía de izquierda radical que destruirá este país y cuando este país haya desaparecido, el resto del mundo le seguirá”.
El objetivo estaba marcado durante cada uno de los días de cuatro años para imponer la agenda globalista de 2030 y diezmar a la población, dividida en unos pocos amos y muchos esclavos. He ahí el sencillo dilema.
- Buscan un candidato, Joe Biden, del que se silencian sus numerosas carencias, baboso hasta decir basta, pedófilo, sobón de niñas y no tan niñas, corrupto; un auténtico dechado de inmundicia, pero con el que se ha decidido que Trump no puede continuar, porque literalmente le odian. Organizan dos debates descafeinados, con moderadores partidistas, que cortan continuamente a Trump y sacan de apuros al demente senil de Joe Biden, un aparatich del Partido Demócrata. Los moderadores cultivan la imagen de histrión de Trump.
- Curiosamente, las encuestas sitúan siempre por delante a Biden, en cifras estratosféricas, 20 puntos arriba. Los comentaristas y tertulianos comentan y explican que eso refleja la actitud anti Trump porque corrupto Biden no levanta ningún entusiasmo.
- Llegan las elecciones, y Trump gana en Texas y Florida, que las encuestas daban a Biden, señal de que las encuestas están falseadas. La batalla se da en los estados bisagra, en los que la clase media ya le dio el triunfo a Trump en las pasadas elecciones, y cuyas poblaciones han resultado claramente beneficiadas por su política. Empiezan los gorilas a sacudirse los pectorales y hacerse sangre, de pronto el triángulo del óxido cae todo del lado de Trump. Así lo proclaman al unísono la CNN, la NBC, la ABC, la CBS, el Washington Post, el The New York Times… Y la Fox, que en un delirio tremens, concede a Arizona a Biden.
- El consenso de los medios de comunicación, saltándose todas las normas legales, proclama a Joe Biden como presidente y a Karmala Harris como vicepresidenta. La agenda globalista puede seguir para terminar con los focos de resistencia y con la civilización occidental.
- Trump denuncia fraude, pero se le silencia: los informativos desconectan de sus ruedas de prensa y twitter avisa en sus tutit de que el presidente se ha vuelto loco. Se le exigen que abandone la Casa Blanca, que comience la transición de poderes.
- Llegan las felicitaciones a Joe Biden, aunque faltan las de Rusia, China, México y Brasil. Se amplifica el mensaje y la manada se golpea con más fuerza los pectorales.
- Se establecen consignas: la más reiterada, que Trump acusa sin pruebas, como si el histrión y la parodia que han compuesto durante cuatro años, hubiera perdido el juicio.
- Mientras tanto, Trump monta en torno a Rudolph Guliani el equipo de abogados, que es quien tiene que aportar las pruebas, y las hay, abrumadoras.
- Será el Tribunal Supremo el que tendrá que dirimir y no los medios de comunicación histéricos y mendaces, como corresponde a una democracia con separación de poderes.
- La manada de gorilas pierde fuelle en su zarabanda pectoral. Ha participado en el fraude. El periodismo ha muerto, asesinado por las élites, que han perpetrado un golpe de Estado mediático.