Editorial.
Hacienda, que ahora se llama la Agencia Tributaria, quiere violar nuestro domicilio y nuestras empresas. Manteniendo una conversación para ilustrarme sobre los Estados Unidos nos dice que en tales estados hay mucho libertariano que tiene armas y si aparece por su rancho o su casa un agente de tributos están dispuestos a usarlas. Aquí ha habido una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo que le ha dado la razón a Hullera Leonesa SA y le ha recordado a la Agencia Tributaria que el domicilio de la empresa es inviolable y deben cuanto menos avisar. Le ha faltado tiempo al director general de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), Jesús Gascón, ha anunciado que el Ministerio de Hacienda prepara en la actualidad una normativa que permita de nuevo entrar a la Inspección en los domicilios de las personas física y de las empresas sin necesidad de avisar al contribuyente. Se está poniendo de moda hacer normativas, con este Gobierno, que dejan la Constitución en agua de borrajas y dibujan un paisaje pretotalitario. ¿Quién es la Administración Tributaria para romper el principio de la inviolabilidad del domicilio? ¿Participa del poder legislativo? Espero que la oposición se oponga, que para eso cobra, y lleve la maldita normativa al Tribunal Constitucional. Y si no, como ha dicho Jorge Verstrynge, que tengan en cuenta que en España hay muchas escopetas y las armas las carga el diablo,