Enrique de Diego.
Cuando se lanzó, en 2016, a la carrera presidencial lo hizo contra todos, como un out sider. La motivación fundamental de Donald Trump es el patriotismo. Podía entenderse con ciertas dosis de vanidad, pero esta la tiene bien cubierta. Los primeros compases de su vida son de una abrumadora frivolidad, pero algo cambia en él, percibe que Estados Unidos está en irreversible decadencia y que los enemigos son interiores. Está en peligro el crisol de razas que ha hecho grande a América y se ha impuesto la fragmentación y la confrontación. Ese es el consenso con el que se encuentra y con el que se enfrenta, porque los republicanos se han doblegado y van por la misma senda de lo políticamente correcto, libando sacrificios al complejo del armamento, para alimentarlo cada presidente se implica o crea una guerra. George Bush hijo, la guerra del golfo. El Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, la lía de nuevo en Oriente Medio y genera el Daesh.
Lo cierto es que Donald Trump no fue visto como un hombre del partido. El aparato hizo lo indecible para oponerse a Trump. Primero lanzó a Marco Rubio y luego concentró sus esfuerzos en Ted Cruz, pero Trump ganó por un contundente 44,9 frente a un 25,7. La primera convención republicana estuvo marcado por los últimos brotes de oposición, poco menos que era el fascismo irredento. Desde el primer momento, se ha enfrentado a enemigos poderosos, a los medios de comunicación; la CNN emitió el día de su toma de posesión un reportaje proponiendo su asesinato. Los «amos del mundo», el Club de Bilderberg, los Rothschild, los Rockefeller, George Soros, Warren Buffet, Bill Gates y todos los que sueñan con dominar un mundo de amos y esclavos, la agenda 2030.
Lo ha hecho muy bien en economía, frenando la deslocalización; francamente bien en política internacional donde ha desactivado el grave problema de Corea del Norte. Y les ha puesto nerviosos con su patriotismo frente a la globalización. Ha tenido que jugar con una parodia de su mismo, elaborada por los medios, que se han creído capaz de doblegarle como hicieron con Richard Nixon, organizado una elección fraudulenta, como la que le dio el poder a John F, Kennedy. Incluso las redes sociales han pasado a jugar sucio con mensajes delirantes.
Muertos en los censos y sacas que aparecen cuando se las necesita
Todo ese conglomerado de fuerzas han buscado un aparatich atildado y corrupto, fácilmente manejable, para sus propósitos, han presentado a Joe Binden, desaparecido en los últimos tramos de la campaña, y que iba siempre por delante en las encuestas, hasta 20 puntos por encima; otra forma de manipulación. El trumpsismo ha demostrado haber calado en las capas populares, en la amplia mayoría del pueblo norteamericano, que lo ha apoyado contra tirios y troyanos, como el dique que es contra el globalismo y sus mentiras, la OMS, el calentamiento global…Los medios de comunicación parecen seguir consignas para estúpidos, que acusa «sin pruebas» de fraude, cuando todos sus enemigos militan en el odio a Trump, en el todo vale, en el fin justifica los medios. Los republicanos abandonan sus filas y aceptan el resultado, a pesar de que los censos están llenos de personas muertas, como ha destacado Rudolf Guliani: «AL MENOS 21.000 Muertos en las listas de votantes de Pensilvania «9.212 inscritos han muerto por lo menos hace 5 años. 1.990 inscritos llevan muertos al menos 10 años y 197 inscritos llevan muertos 20 años». A pesar, de que aparecen sacas de votos como por encantamiento, cuando se las necesita. El US Postal aseguró haber encontrado 1.700 boletas en varios de sus locales en Pensilvania, informa Le Figaro. Están en camino el viernes 6 de noviembre para ser desnudos y tomados en cuenta por el estado de Pensilvania. También se encontraron casi 500 papeletas en Carolina del Norte. ¡Vaya, hombre, qué oportuno, justo las necesarias!
Su equipo dice que el ánimo de Trump es «de combate». Esta es su gran batalla contra las fuerzas del mal, contra la agenda 2030, contra la mentira ubicua, contra el fraude clamoroso de un reciento agónico en el que Biden recorta y por fin supera por la mínima. Todo está pensado para que se doblegue pero eso no lo hará nunca el patriota y luchador que es Donald Trump. Un hombre providencial frente a un pelele. Empieza la batalla legal para poner en evidencia a los tramposos. La verdad os hará libres.