Josep Sansano.
Las que prometían ser unas semanas dulces para Ana Vega tras su fraudulenta victoria en las primarias de VOX y su proclamación como presidenta de la formación en Alicante, se han tornado pesadillescas a la luz de los escándalos que los medios hemos desvelado en cascada. Junto a la denuncia presentada en fiscalía anti corrupción por presunto cohecho impropio que reveló el Español a primeros de semana, Rambla Libre ha destapado las oscuras tramas en la Vega Baja y el fraude en el currículum de la síndica, sacando los colores al mismísimo Abascal.
Los maltratados afiliados, ninguneados, insultados e incluso perseguidos tras el pucherazo electoral, no han soportado más la tomadura de pelo y han estallado en las redes sociales, el único foro en el que aún pueden expresarse con libertad. Los perfiles de Ana Vega, su marido, el Irene Montero alicantino Mario Ortolá, e incluso los de Santiago Abascal y Vox España, han recibido decenas de comentarios pidiendo explicaciones y exigiendo la dimisión de la pareja, tal y como el propio partido verde ha exigido a otras formaciones por hecho de una gravedad similar.
Ante esta virulenta reacción, los dirigentes de VOX, que se las dan de valientes y guerreros, han optado por la cobarde estrategia de censurar y borrar los comentarios, bloquear a los perfiles críticos, cerrar provisionalmente sus cuentas, y en algunos casos, insultar sin dar mayores explicaciones a quienes con toda educación pedían una explicación a sus gobernantes. De entre las decenas de comentarios cruzados de esto días, dos han sobresalido por su relevancia e interés periodístico.
El primero, el de Andrés Iñigo, el infame vicesecretario de organización de VOX en Alicante. Este individuo es conocido entre otras muchas tropelías, por amedrentar a afiliados al grito de “yo soy el Ortega Smith de la provincia”, ser el epicentro de insultos contra la candidatura de Ramos y Mestre durante las últimas las primarias, o por las fundadas acusaciones de orquestar el tongo denunciado en las mismas. Como no podía ser de otro modo con estos antecedentes, el señor Iñigo insultó y se burló de la ortografía o del nivel cultural de un afiliado que con toda razón exigía explicaciones a la dirección provincial, para acto seguido y sin dar ninguna explicación, cerrar su perfil y borrar los mensajes críticos. La intervención de otros afiliado en defensa del primero exponiendo los argumentos de peso revelados por la prensa fueron la puntilla.
El segundo comentario y el más relevante, procedió de la propia Ana Vega. Hasta hoy, se puede considerar la única explicación oficial a las acusaciones que estos días han recaído sobre su persona. Se limitó, como viene siendo su tónica, a asegurar que había emprendido acciones judiciales contra la prensa. La carcajada de los internautas fue mayúscula, cuando uno de los comentarios le recordó que siendo domingo y festivo (el de todos los santos), era muy improbable que hubiera emprendido ninguna acción judicial y se le recordó su patética amenaza al Mundo mediante buro fax, que terminó en la nada más absoluta.
El clamor por la dimisión de una cúpula deslegitimada y alcanzada por la sombra de la corrupción es cada día más sonoro y el bloqueo o la huída de la dirección de VOX solo ja conseguido incendiar más a las ya de por sí churruscadas bases.