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La Guardia Civil judicializa algo que con una denuncia administrativa suele ser suficiente por el incidente con las jubiladas en la calle de Pablo Iglesias

Redacción




Julio Menargues.

El incidente ocurrido con unas jubiladas en las inmediaciones de la mansión de La Navata del Líder Supremo de la Ultraizquierda, Pablo Iglesias, ha acabado con un juicio rápido en el Juzgado número 2 de Collado Villalba por un presunto delito de desobediencia y resistencia grave.

Hay que preguntar a la Benemérita si todas las desobediencias acaban en los juzgados, cuando con una simple denuncia administrativa a la Ley 4/2015 sobra y es lo habitual, según hemos visto ¿Qué hay detrás de esa judicialización? Imaginen ustedes si todas se judicializan.
Esa calle no tiene ni una sola señal de zona de seguridad ni restrictiva y nos gustaría saber cuál es el criterio para decidir quién y a que hora se puede pasear por Riomonte y quién no, pero lo más interesante es saber de dónde a dónde los ciudadanos no podemos ejercer nuestro derecho fundamental a la libre circulación en esa zona.
Estas limitaciones arbitrarias son inaceptables en un Estado de Derecho y deben cesar de inmediato. Al final los jefes de la Guardia Civil que lo ordenan desde sus despachos no se juegan nada, mientras los agentes son los que están en el filo de la navaja con actitudes como las del vídeo y que podrían tener repercusiones legales, algo que no deseamos ni en este digital ni las propias afectadas. Señor Iglesias, ¿No le da vergüenza limitar el tránsito a sus vecinos por la puerta de su casa? Váyase a vivir a otro tipo de mansión como La Ponderosa, de la serie Bonanza.