Luis Bru.
En la penosa situación económica en que se encuentra el chiringuito Libertad Digital, todo lo que diga Losantos debe ser interpretado en clave de chantaje moral. Ahora la ha emprendido con Pablo, Pablito, Pablete Casado (les suena, pues sigan atentos). Le atiza por la abstención en la votación del estado de alarma. No le falta razón, pero la pierde en las motivaciones mercantilistas. Para nadar y guardar la ropa, adula al político calificando su discurso de espléndido: «Pablo Casado ayer hizo un discurso espléndido y un ridículo memorable. Le ha cogido el gusto a las sorpresas, y tras anunciar a Cuca (Gamarra), que en la fiestajota iba de Ada Colau, subió a la tribuna sin papeles, como debe ser, y destrozó la dictadura de seis meses que defendía el fúnebre Illa».
La abstención la entiende como una componenda con Pedro Sánchez, pero se olvida de Ciudadanos, a los que hasta hace poco adulaba, y de Inés Arrimadas, a la que consideraba «resucitada»: «Pero el dictador lo desprecia tanto que ni se quedó a escucharle; y tras el gran discurso, va y anuncia la «abstención crítica» del Partido Popular, añadiendo que denunciará ante Europa, en Venecia, el peligro para las libertades de los españoles que supone el despotismo sanchuno. En Venecia explicará por qué ese peligro le preocupa tanto fuera y tan poco dentro que se abstuvo ayer».
Total, que «Pablito» es la pura incoherencia, ni más ni menos que tú, Losantos, que no das una: «Pablo Casado es la pura incoherencia. Ayer era importante que la oposición votara que no porque así va a Europa con motivos, eso te da una gran fuerza. Todo viene de esa degradación, de esa cobardía ante los medios de la izquierda. Los maricomplejines son ahora los maritraidores. Pero, ¿vas a denunciar ante Europa una situación ante la que te abstienes en España? ¿Pero quién te va a creer, Pablito?».
Un Losantos que está girando a Vox, como ya demostró en el debate de la moción de censura, pero ahí hay poco que rascar, calderilla, que es predio del «clan Ariza»: «No es que Casado no pueda soltarse del mordisco de VOX, es que se dejó los dientes en el mordisco que hace una semana le pegó a Abascal. Y prefiere el cinismo, en el sentido vulgar del término (para el histórico, véase La secta del perro, de García Gual, en Alianza Editorial) al arrepentimiento. Abstención cínica, pues, la de Casado, que ha enterrado juntas la ética y la crítica». Trinconcente, Losantos, ya no tienes credibilidad alguna.