Virginia Montes.
Pedro Sánchez declara de nuevo el estado de alarma y todas las autonomías hace planes para decretar el toque de queda, los políticos españoles hacen lo que mejor se les da reprimir a la población, y hundir el sector estratégico de la restauración: bares, cafeterías y restaurantes se van a ver abocados en gran número a echar el cierre. Crece la inseguridad y la inestabilidad, se generalizan las fiestas en casas, pero el Gobierno teme una revuelta popular como la del viernes de Nápoles.
La policía se enfrentó a cientos de jóvenes que salieron a las calles de la ciudad italiana para protestar contra el toque de queda nocturno decretado en la región de Campania para frenar la nueva ola de coronavirus. Hacia las 23.00 horas, inicio del toque de queda vigente hasta las 05.00 horas, varios miles de personas, la mayoría jóvenes, convocados por redes sociales, quemaron contenedores y lanzaron proyectiles contra los agentes antidisturbios en el centro de la ciudad.
Después de años volvieron a verse en Italia escenas de guerrilla urbana, que según los medios locales fue insuflada por la Camorra, la mafia local, y los «centros sociales» de talante anarco-izquierdista. Al llegar frente a la sede del Gobierno regional, los manifestantes que usaban las mascarillas para esconder todo el rostro, espetaron al presidente, Vincenzo De Luca: Tú nos cierras, tú nos pagas. La policía tuvo que lanzar gases lacrimógenos que inundaron de humo las estrechas calles de la ciudad, derivando en escenas surrealistas y llenando de drama la primera noche nacional de toques de queda.
La drástica medida se produjo tras la alarma lanzada el viernes por 100 científicos que han escrito al presidente de la República, Sergio Mattarella, y el jefe del Gobierno, Giuseppe Conte. «Hay que asumir medidas urgentes y drásticas en los próximos dos o tres días», reza su misiva. En referencia a los argumentos que aducen que no se puede bloquear la actividad económica, los científicos aseguran que «tomar medidas eficaces ahora sirve precisamente para salvar la economía y los puesto de trabajo». «Cuanto más tiempo se espere, las medidas deberán ser más duras, durar más tiempo y producir en consecuencia un impacto económico mayor».
Varios organismos han estimado que un toque de queda nacional solo para los bares y el sector gastronómico causará pérdidas por 1.300 millones de euros y los sindicatos están negociando con la patronal una difícil prorroga del bloqueo de los despidos que dure hasta marzo de 2021.
Las manifestaciones fueron convocadas en las redes sociales para desafiar el toque de queda impuesto en esta región, al igual que en Latium, región de Roma, y en Lombardía, donde se ubica Milán.