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«República Constitucional», un libro movilizador para los jóvenes repúblicos

Redacción




Borja Arias Montero.

Antes de entrar en contenido cabe hacer  una breve trayectoria laboral sobre el autor del libro República Constitucional, Enrique de Diego. Licenciado en ciencias de la información, aunque este título se queda corto,  y natural de Segovia ha trabajado profesionalmente en Abc, como jefe de la sección de Política, como subdirector de la revista Época, diversos diarios de Alicante y de Elche, en El semanal digital, La gaceta, en Intereconomía, en el Diario Decisión Económica y muchos más , aunque ahora trabaja en su propio medio digital, Ramba LibreTambién ejercido su profesión en diversas radios como Radio Intereconomía, Radio Inter y en televisión, siendo un colaborador del Gato al agua, conocido programa de Intereconomía Televisión.

Ha publicado una multiplicidad de libros  y artículos en los diversos medios anteriormente mencionados, así como una extensa obra ensayística y varias novelas: Casta parasitaria. La transición como desastre nacional, El triunfo de Agatha Ruiz de la Prada, La lanza templaria o  La monarquía inútil.

Además tiene una intensa actividad política, no sólo por los artículos sino también sino también porque se ha lanzado a la acción, siendo el promotor de la Plataforma de las Clases Medias, de diversas manifestaciones y de un partido político que se presentó a las elecciones madrileñas del 2011, obteniendo 4000 votos.

Así pues, tras esta breve presentación, empecemos: 

Este libro se presenta como una introducción lo más recortada posible al ideario de Trevijano, por lo que tal y como describe su autor está escrito con sencillez y con carácter divulgativo, forma de redactar ideal para atraer a un público más joven que se siente representado por las ideas de la libertad política.

Y cierto es que el libro resume Teoría Pura de la República, escrito por Trevijano, pues gran parte del libro lo componen citas del célebre jurista acompañadas por aclaraciones y resúmenes de De Diego, lo que muestra la intencionalidad del libro a primeras: sintetizar y simplificar unas ideas complejas para aquellos que se están inmiscuyendo en el mundillo, como es el caso de la juventud. Por esto último República constitucional ha sido criticado en diversos foros de repúblicos que creen que la obra es un simple panfleto que lleva al reduccionismo la teoría política del maestro.

Sin separación de poderes

En su primer capítulo , «La pandemia de la casta parasitaria», se usa un lenguaje coloquial, cómo muestra el uso del vulgarismo «pringado» que pretende introducir el modelo que creó Antonio García-Trevijano y así hace preguntas retóricas al lector acerca de cuánto conoce al sistema actual y sus posibles fallas.  De forma sencilla e informal responde poco a poco estas cuestiones desde su perspectiva política, aclarando que «no existe la separación de poderes», que los poderes legislativo y ejecutivo no son independientes y que España vive en un engaño.

La partidocracia perversa

Habla Enrique de Diego sobre la partidocracia, un sistema, que, según él funciona mediante la corrupción y se mantiene gracias a medios de comunicación que  confabulan con la mentira para compartir el poder, que se aprovecha del voto de los jóvenes españoles ilusionados con la política, hecho no muy alejado de la realidad objetiva política de España.

Abre,un debate abierto en España este libro de síntesis política, debido a que ataca directamente a los políticos, clasificándolos de profesionales que han llevado al desastre económico con tal de mantener su «botín» y «gobernar perversamente». 

A esto último le sigue «España sigue unida de milagro» . Aborda ahora el tema sobre la mentalidad de rebaño que en España mantiene a los diputados, y como Antonio García Trevijano fue el mayor opositor al traspaso de poder entre la dictadura y la oligarquía de partidos, participando en programas de televisión como La Clave exponiendo su teoría en su obra más definitoria «Teoría pura de la República».

Horroroso sistema proporcional

Ahí explica el jurista cómo la transición fue un engaño en el cual los políticos se tomaron licencias personales y se hicieron con el poder aunque ello supusiera la supresión de la libertad colectiva, establecer autonomías, anteponer el consumo de mercancías culturales al análisis; todo ello para que los partidos opositores en clandestinidad pudieran pactar con la dictadura y retener a miles de españoles en la «dicotomía izquierda-derecha» . 

Este acuciante sentimiento lleva a que el periodista concluya que el juego político que él califica como aristocracia de la monarquía saquea a las clases medias para mantener el «horroroso» sistema proporcional que permite a los nacionalistas decidir en lo que respecta a la totalidad de la nación. Grupos que aunque minoritarios permiten también que se condicione su autonomía al gobierno por qué «los necesitan para seguir mandando» (Teoría Pura de la República, Antonio García Trevijano) a medida que se adecuan a las circunstancias de los pactos.

La única salida posible para la atribulada España

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Ante ello propone el modelo promulgado por Don Antonio como la «única solución posible para la atribulada  España», base ideológica no solo de esta obra sino el troquel con el que los jóvenes deben perfilar sus ideas políticas.

Apelando directamente a los sentimientos políticos del lector continúa el siguiente capítulo, «El nudo gordiano roto», donde incita a que todos juntos debemos establecer la República Constitucional. En ella, aclara, los tres poderes del Estado, legislativo, ejecutivo y judicial se controlan mutuamente y están completamente separados al ser votados aparte.

Ponen a dedo a sus allegados en cargos públicos 

Culpa al régimen de mantener al rey, las autonomías y a la clase política “aristócrata” que nos gobierna a modo de múltiples monarquías cuyo monarca sería el jefe de cada partido, y “corrupta” en el sentido moral porque colocan en el poder a los más allegados. No se aleja mucho de la realidad de Diego, pues es empírico que los diputados voten lo mismo y que pongan a dedo a personas en cargos públicos.

El poder legislativo tampoco se queda atrás en ser dependiente, porque los diputados no son votados, como debería por distritos uninominales de 100.000 electores. Esto, según Enrique, que también asegura que las campañas serían gratuitas e iguales para cada diputado. En este hipotético sistema  votarían a un consejo de legislación  y un coordinador de una Cámara representativa de la ciudad propia,  por lo que la función legislativa queda repartida entre dos partes. 

A los jóvenes combativos

Entre la explicación de estas teorías se observa de nuevo esa coloquialidad y apelación con la que Enrique de Diego desea llegar a más población (sobre todo jóvenes combativos) para que combatan la partidocracia y apoyen el sistema reformista de don Antonio Garcia Trevijano.

Pero para esta reforma, como asegura, es necesario una clase judicial dotada de las mayores capacidades y que no pueda entrar en el poder político, para mantener la independencia.

Así, aunque explicado a grosso modo por Enrique, y en base a la teoría, formarían el cuerpo de especialistas un consejo de Justicia en la que votarían los agentes y partícipes del mundo judicial, estableciéndose un consejo de Justicia con su propio presupuesto e independiente de los partidos estatales. Haber si así hasta un crío se entera de que es la separación de poderes.

Continúa el libro comentando citas de Trevijano en el capítulo «A la búsqueda de un estadista y Libertad Constituyente» , donde se reivindica que en España predomina la corrupción moral de la clase política; muestra de ello es que los expresidentes accedan a cargos de grandes empresas, cobren pensiones en limitadas, y obtengan puestos de empleo tras su trabajo. Indignante, desde luego, pero cierto.

Ideas liberadoras para establecer la República Constitucional

El acabose de esta partitocracia es la situación social que, agravada por la pandemia, la inutilidad de las autonomías, la gran inversión en política y la pobreza debida al saqueo, llegará alguna vez con ciudadanos abanderados con ideas liberadoras que establecerán una República Constitucional, objetivo principal de esta sintetización, sin derivar hacia los extremismos políticos y sin refugiarse en la monarquía: «Con este libro de síntesis y divulgación se da el pistoletazo de salida».

Este libro es combativo y ello te demuestra que exponga los datos tan preocupantes de la economía española, la desunión debido a los nacionalismos, y la insostenibilidad de la casta parasitaria, que a modo de nueva aristocracia y engañando a las voluntades de jóvenes votantes ilusionados, han creado un problema que conduce a la «destrucción de España».

Hacia una eclosión social 

Entonces, «Teoría pura de la República» , y las ideas que en él se recogen son propuestas como la única solución para salvaguardar España y acabar finalmente con la partidocracia que quiebra las cuentas públicas, indigna al votante, reprende al ciudadano , y provoca histeria en España. Cree Enrique, y no erróneamente, que ha llegado el tiempo adecuado para  que esta idea provoque la eclosión social hacia el cambio, cambio por el que todos, incluidos los jóvenes debemos combatir.

Alabando una figura y don Antonio culmina la explicación de la teoría republicana aludiendo a cómo la ciudadanía, a través de la libertad política colectiva, debe hacerse responsable y digna para constituir un Estado con representación auténtica; para parar el desastre y el hundimiento al que nos llevan los siervos de la política y falso consenso democrático. 

Para salir de la servidumbre voluntaria

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Llama el periodista al espíritu del sentido común para parar la esclavitud y servidumbre voluntaria a la que la ciudadanía se somete al aceptar la monarquía de partidos y la corrupción que deslegitima un Estado Constituyente; sin libertades, con partidos que funcionan como instrumentos de dominación en una nación sin separación de poderes, donde legislativo y ejecutivo manejan al judicial y los medios de comunicación son un acicate de la inmoralidad.

Por ello, frente a esta situación, y visto que, tal y como dice De Diego, cada vez hay más gente despierta, se acerca el anhelado periodo de libertad política colectiva que llevará a una representación justa de las mónadas y de los distritos electorales que elegirán a su representante, al jefe de Estado, al presidente, etc.

También así el poder legislativo no dependerá de otros y será elegido en elecciones corporativas por aquellos magistrados, jueces, abogados, y en definitiva trabajadores del mundo de la justicia. Así se explica los fundamentos básicos en los que los repúblicos, gracias el camino que nos marcó Trevijano, nos debemos basar para garantizar el futuro. Tiempo lejano y que llegará gracias a unas ideas, que aunque utópicas, despiertan mentes y son las correctas  formalmente para que la ciudadanía tenga una verdadera soberanía nacional. 

Con todo ello, y ya para concluir la República constitucional reduciría el número de políticos de 360 a 450 con la figura del diputado de distrito, quienes votarán el poder legislativo. El presidente de la República sería votado por circunscripción nacional subordinada directamente a los ciudadanos y el poder judicial sería totalmente independiente.

 Aunque idealizado, Enrique afirma que así el contribuyente, que carga con todo el peso económico del Estado, se vería beneficiado de esta reducción y sistema porque, lejos de peligrar la seguridad ciudadana, con el aumento de la pensión y de la inversión en seguridad todo mejoraría, hecho que un buen liberal y revolucionario entiende.

Bien,» República Constitucional» es un libro a primeras combativo que lleva al reduccionismo la teoría política colectiva  precisamente para introducir a toda la población posible a estas ideas, ya entendibles para todos con las múltiples obras que hizo Trevijano, pero sintetizadas y explicadas de forma fácil para que nadie desista de ser un Repúblico.

Es un texto simple y reitero, como adjetivo, no porque esto sea condicionante de un mal libro, sino porque en sí y como es introducido, el escrito, tiene la intencionalidad de llegar a una amplia mayoría con un contenido aunque muy expuesto al público en redes, poco conocido por el ostracismo al que condenaron al maestro. Ello no significa que alabe las formas  del libro, pues siendo sinceros la mayor parte de este lo ocupan citas literales de Antonio García-Trevijano.pero explicadas, seleccionadas e investigadas por Enrique de Diego para que a modo de recopilación en panfleto sirva esta cómo manifiesto para la revolución. 

Tampoco tiene el trabajo hecho de Diego, pues como he mencionado, hay una labor de investigación tras la realización de este redacto sintético, criticado por muchos porque aprovecha la obra para introducir precisamente la propia teoría política del jurista, hecho que, y sirva esto de argumentación para los que arremeten contra Enrique, es una incongruencia ese mismo, pues en ningún momento traiciona la obra del maestro al citar partes extraídas de ella.

Sirva pues el libro como herramienta para que, sobre todo las generaciones venideras, sean armadas con intelecto y arropados con la bandera de la libertad política colectiva y no acudan a extremismos para intentar solucionar los problemas de España. Porque es un hecho que la mente joven a través movimientos verticales y extremos políticos quiere un cambio repentino por plena impaciencia que lleva a realizar mal una revolución.

No juzguen un libro por los comentarios en redes, lean y después opinen con argumentos en libre derecho de libertad de expresión, pues la razón no es absoluta y mucho menos pertenece a un grupo social o a una persona. Con fundamentos y respeto se hacen las cosas, la demagogia, la violencia y el insulto son armas de la partidocracia.

Fuerza y Honor, camaradas.