Ignacio Fernández Candela.
12 de Octubre marcado por la tragedia que no se olvida, la Memoria por los Seres Queridos que marcharon y por Ellos la España levantada frente a la insidia de un desgobierno criminal que presenció el desfile de los tres Ejércitos ante un Rey imbatible en estos tiempos de traición institucional, al que rindieron obligada pleitesía bajo la atenta observación de un Pueblo en creciente disidencia.
https://youtu.be/43zSRLu6g6E
El Día de la Hispanidad 2020 se había convertido en un clamor contra Pedro Sánchez que ya venía escarmentado de la entrega de premios en Barcelona, donde hizo un ridículo protocolario de vergüenza ajena, junto a la caterva gubernamental bolivariana presente que con la cabeza gacha mostró con la ingrata presencia estar sometidos en una España constitucional contra la que atentan a diario.
Convocados por la Plataforma Pedro Sánchez Dimisión y el partido Identitarios, con Eduardo Lera e Ignacio Vega a la cabeza de las manifestaciones, respectivamente, cientos de hartos ciudadanos se empleaban con indignación en clamar contra los asesinos que aprovecharon la pandemia para sacar rédito político- la carroñera estrategia que desbocó los efectos letales hasta el genocidio- en tanto vitoreaban y apoyaban al Rey, eje troncal de una España resiliente que aguanta los embates del golpismo infiltrado contra la democracia, intoxicada la presidencia con influencias de traición.
El desfile de las Fuerzas Armadas en la Plaza de la Armería del Palacio Real y el Homenaje por cuantos entregaron sus vidas en los tiempos oscuros del sacrificio, fueron una visual y emotiva ratificación del poder de España en el recuerdo de sus gloriosas victorias y una consolidación de su razón de ser constitucional, pese a las conspiraciones de aquellos que tuvieron que aguantar estoicamente el saludo militar del Rey Felipe VI que los contempló desde una patente y segura Jefatura del Estado.
En lontananza la moción de censura que el 21 y 22 de octubre protagonizará VOX después del éxito en las convocatorias por toda España que convirtió el 12 de Octubre en una protesta unísona, con la vanguardia de plataformas ciudadanas e Identitarios que en el Palacio dejaron patente su perseverancia en la protesta y la reivindicación.
No pasó inadvertido el breve encuentro del demagogo bolivariano y presunto criminal Iglesias, con el Presidente del Supremo que debe decidir sobre la imputación por tres delitos, uno con agravante de género.
Fernando Grande-Marlaska estuvo presente en sus acostumbradas coerciones sectarias, usando al antojo las Fuerzas de Seguridad del Estado contra Madrid para dificultar cualquier protesta contra el líder de la secta sanchista y el aquelarre gubernamental.
En Estado de Alarma decretado sectariamente contra Madrid, el Gobierno al completo recibió el primer saludo militar de la máxima representación de la Corona rodeado de las tropas fieles en la salvaguarda de la Constitución. Ante tal muestra de lealtad a la verdadera España representativa de su Historia gloriosa, los circunstanciales alfeñiques del desgobierno criminal debieron sentirse hasta ridículos a pesar de parasitar opíparamente con los recursos del Estado, saqueados y dilapidados.
Los ausentes de las comunidades autónomas no se echaron en falta y hasta la impresentable meona de la «colau» puede darse militarmente por saludada desde las miras del poder del Estado.
El 12-O del 2020 fue la integridad constitucional frente al desvarío socialcomunista, el recuerdo por los nuestros que marcharon asesinados y la fehaciente resiliencia de una Nación viva y consciente de que siempre se refuerza contra quienes la atacan, aunque sea desde un secuestrado Gobierno de España.