Fran Bo.
Desde que se formó este gobierno, ha quedado claro que su objetivo es derrocar a la monarquía porque piensan que sin ella no habrá obstáculos para la realización de sus planes globalistas de imposición de una república comunista bolivariana en una España balcanizada. Y no quiero con este artículo abrir el eterno debate de monarquía o república, sino invitar a la reflexión sobre el tremendo desafío al que se enfrenta España, nuestra nación, con un gobierno del Estado que no sólo no la defiende, sino que está dispuesto a liquidarla. Por ello, no nos queda más remedio que apoyar al Rey contra el gobierno y sus cómplices. Pero dígannos cómo podemos secundar a un monarca que tiene miedo a manifestarse, que titubea y en lugar de dar un puñetazo en la mesa e ir a Barcelona, comenta en los corrillos que «a él le hubiera gustado ir».
Es intolerable que suframos un gobierno que conspire contra la Jefatura del Estado y que pretenda, gracias a una constitución que se lo facilita (dicho sea de paso), imponernos una nueva forma de Estado que atenta directamente contra la integridad de la nación española. Pero más lamentable es que ni el Rey, ni ninguno de los generales de división tengan el valor de arriesgar su carrera, su libertad y hasta su vida por defender lo que es el sino de su propia condición de militares: la unidad de España y su permanencia. ¡El Rey y el ejército no están cumpliendo con su deber! No se dan cuenta de que este asunto va más allá de la constitución que creen respetar. Hablamos de la supervivencia de la nación, que es el SUJETO CONSTITUYENTE de toda constitución que se tercie.
Somos todavía muchos los que amamos nuestra patria, España, y nos avergonzamos de quienes cuando deben y pueden actuar callan y se quedan paralizados esperando la reacción de un pueblo aterrorizado por la pandemia y la crisis económica. ¿No hay un Capitán General que lidere la defensa de España? No parece. Tampoco hay partidos que actúen con inteligencia. Fíjense en VOX, tan ingenuos que creen que una vez sentados en el parlamento ya no necesitan movilizar a los ciudadanos en la calle. ¡El parlamento es un circo, señores! ¡No hay contrapoder en su seno! El poder único del Estado lo albergan hoy los socialistas, los comunistas bolivarianos de Podemos y los separatistas catalanes y vascos. Atacan al Rey porque atacan a España. Empezaron organizando caceroladas mientras nos tenían confinados y se contaban por centenares los muertos diarios por la Covid-19. Continuaron sacando los trapos sucios del Rey Emérito. Hoy, los dos chulos del Estado que ocupan la presidencia y la vicepresidencia del gobierno han mostrado sus cartas. ¿Dónde está la respuesta ante tal afrenta a los españoles? ¡Los patriotas nos tenemos que mover en la calle para que se mueva el Rey en el Estado!
Ni hay separación de poderes en España ni, por lo tanto, hay un Congreso de los diputados con verdaderos representantes de distrito que nos defiendan de las atrocidades que pretenda llevar a cabo el gobierno; por ello sólo en la calle está fuerza de la verdadera oposición; tal y como se demostró en octubre de 2017. Hoy ningún político, asociación o medio de masas se pronuncia con la contundencia que cabría esperar ante un gobierno que indulta criminales, conspira contra el Jefe del Estado e incumple con su principal deber, que es salvaguardar la nación y defender los intereses de España. Desgraciadamente no hay reacción porque todos son cómplices de agentes extranjeros. ¡¡¡Despierten los españoles de bien!!! ¡¡¡Primero por la nación!!! ¡¡¡Luego por la libertad!!! ¡¡¡Frente a la traición: valor y lealtad!!!