Javier de la Calle.
Fany, aquella feminista ridícula que se hizo famosa con los vídeos de «les gallines» con esa estúpida forma de expresarse y con su discurso feminista contra el patriarcado, resulta que esos principios hembristas no son altos o bajos, sino plegables según pagues.
Tras ser pillada en una página de escorts de lujo con precios desde los 150 euros hasta los 3.000 por un fin de semana, nos ha salido con un vídeo reconociendo su verdadera profesión, bastante enfocada al machista según su discurso, a la que le cuesta denominar por su nombre y denomina como trabajadora sexual, es decir, lo que toda la vida se ha llamado puta.
Del discurso de que los gallos violan a las gallinas hemos pasado a ser una puta con una especialidad un tanto diferente y que no todas practican, la lluvia dorada o, lo que es lo mismo, que un maromo te eche una meada encima, habitualmente en la cara. Curiosa forma de combatir el machismo o el heteropatriarcado la tuya Fany o Úrsula o como coño quiera que te llames.
No criticamos el honroso trabajo de prostituta, pero sí la hipocresía y tú eres una hipócrita.