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Javier García Isac: Parad al totalitarismo

Redacción




Javier García Isac. Director de Radio Ya.

España camina con paso firme y seguro hacia el Estado totalitario. La excusa es Franco, la realidad es otra bien distinta. La izquierda busca la “dictadura perfecta”, aquella que tiene forma democrática, pero solo en apariencia. El Partido Socialista busca perpetuarse en el poder. Con esta nueva democracia, las urnas serán la coartada para el nuevo régimen, donde toda opinión discrepante, toda disidencia o todo pensamiento que no se ajuste a los dictados del nuevo estado, será prohibido y perseguido. La visión de la historia será la que ellos decidan. Controlar el pasado, como forma de controlar el presente y el futuro. Todo lo harán en nombre de una libertad y una democracia en la que no creen, pero que no dudarán en utilizar, para eliminar la nuestra. Han secuestrado la democracia, de tal manera, que solo podrán concurrir a las elecciones las organizaciones que ellos decidan y que no supongan peligro alguno para la continuidad de sus propósitos.

El PSOE, que es sin lugar a dudas la organización más criminal y corrupta de toda la historia de nuestro país, ha jugado sus cartas de forma magistral. Han esperado más de 80 años para vengarse del pueblo español y de la derrota que este les infringió en 1939. Es un chiste de mal gusto que los Socialistas propongan una ley de Memoria Democrática, precisamente ellos que son los que más han hecho y trabajado por eliminar la democracia y la libertad en España, una ley diseñada para volar los cimientos de la España moderna surgida de la derrota del Frente Popular. No buscan reconciliación, eso nunca estuvo en la agenda, además, los españoles ya nos reconciliamos sin necesidad de leyes totalitarias que dictaran por decreto lo que debemos pensar, decir o hacer, bajo amenaza de inhabilitaciones, multas o prisión. El pueblo español fue excesivamente generoso perdonando a organizaciones criminales como el PSOE, al que nunca debió permitírsele reintegrarse en la vida pública. Ahora son los herederos ideológicos de los criminales, los herederos de los asesinos, los que reescriben la historia, blanqueando su pasado y criminalizándonos al resto.

El delito que persigue la nueva ley de memoria histórica, es el de no haberse dejado asesinar por la izquierda. Rehabilitan a sus criminales y a sus asesinos, dando a entender que los culpables son aquellos que no se dejaron matar, ensalzando a delincuentes y ladrones como Lluis Companys, al que perdonan todos los crímenes y atrocidades cometidos. La entrada en vigor de esta nueva ley totalitaria y anti democrática, supone el fin de la legitimidad de este gobierno y de todas las organizaciones que, de forma directa o indirecta, le apoyan o le dan soporte. Supone el final de la libertad y la persecución y criminalización de todo aquel que ponga en duda el nuevo Estado totalitario, bajo apariencia de democracia. No hace tanto tiempo, en los países de órbita soviética, y ahora de orbita chavista o castrista, se penaba de forma muy severa lo que ellos consideraban actividades antirrevolucionarias o imperialistas. El PSOE lo denomina “enaltecimiento del franquismo”. Pondrán en marcha una fiscalía específica, un nuevo chiringuito ideológico, encargado de velar y de perseguir a todo el que ose no estar de acuerdo con la doctrina del PSOE, al que podrán multar con penas de hasta 150.000 euros, anularán todos los juicios que durante el franquismo se realizaron contra los asesinos y culpables de múltiples atrocidades,  el Valle de los Caídos, auténtico monumento realizado a la reconciliación, será resignificado y se estudia, muy seriamente, el derribo de la cruz y, por supuesto, una nueva asignatura que adoctrinará a las nuevas generaciones de españoles, a los que se les dirá de inicio lo que deben pensar.

Estamos llamados a la desobediencia civil, estamos llamados a no aceptar como normal lo que no lo es, estamos obligados a sublevarnos si deseamos seguir siendo libres. El PSOE y sus cooperadores necesarios desean imponer ahora lo que no lograron en 1936 y,  todo ello, sin pegar un solo tiro. Estamos a las puertas de la dictadura perfecta. Estamos legitimados al levantamiento y a la protesta.