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Agatha, la creatividad es trabajo y coherencia; Pedro J se diluye y Cruz Sanchez de Lara no existe

Redacción




Luis Bru.

Lazos de Sangre, en la 1, fue una loa a Agatha Ruiz de la Prada, creativa, imaginativa, color, trabajo, «si todos los diseñadores juntos trabajaran lo que Agatha, la moda española estaría al nivel de Italia». El programa fue una introspección en la vida de Agatha, su decisión de no ser como su madre, de no caer en la depresión. De las corriente artísticas que le han influido, el surrealismo y, sobre todo, el pop art. En su moda destaca lo exuberante, la alegría de vivir, la originalidad, la coherencia. Media vida al lado del innombrable,que fue bien definido por Carmen Lomana, con un «ha sido» que suena como a epitafio de Pedro J Ramírez, un diosecillo con los pies de mierda.

Pedro J «no abría la boca cuando hablaba Agatha», estaba fascinado. Cuando el asqueroso vídeo donde se refleja la personalidad de Pedro J, más que su infidelidad, Agatha le apoyó le salvó. Rememorando los contertulios, la escena entrando con el desayuno y la desagradable noticia, hubo consenso en que quedó como la Chati, «con poca elegancia», con mucho cinismo y bastante cobardía, el día anterior haciendo para Vogue un reportaje de familia feliz y encantadora.

A Agatha le dolió que quería ser feliz, como si en los treinta años juntos no hubiera habido un solo día de felicidad; con dos hijos encantadores -reseñó Agatha-, una casa enorme, dos trayectorias de triunfadores, «sino eres feliz, mereces una paliza». Agatha da portadas, colecciona portadas. Cruz Sánchez de Lara sólo fue citada una vez; para una mitómana como ella, debe haber sido el programa un rechinar de dientes, pero así es la cosa, Cruz es una abogada sin clientes, dedicada a destrozar vida, que representa en el Consejo de Administración a un corrupto y que no ha aportado nada, se oscurece a sí misma, su biografía de abogada trapisondera y de trepilla aprovechándose del pardillo y paleto Pedro J no epata a nadie, produce náuseas. Pasó el tiempo, Agatha brilla con luz propia,tiene un hombre a su lado, que parece un caballero, Luis Gasset, mientras Pedro J se desvanece buscando las migajas que caen del poder. Triste decadencia.

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