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Carta Ana Vega: Tú eres una estadista, no te mereces ganar por guarrerías de aparato

Redacción




Enrique de Diego.

Tú, Ana Vega, no eres una política cualquiera, que has venido a medrar, haciendo la hipócrita con un discurso de exabruptos; estoy seguro de que crees en lo que dices, y no eres la trepa que transmite tu biografía; que diste un oscuro golpe de mano, con la ayuda de Javier Ortega Smith, y hacerte con la Gestora para colocarte y colocar de paso al taimado de tu hoy esposo Mario Ortolá y a tu padre, Faustino, cuya credibilidad como perito es la que es y deja mucho que desear. Tú llevas los pantalones en casa y estoy seguro de que eres una persona válida, qué digo, una política de primera, qué digo, una estadista.

Tengo en mi memoria tu primera intervención en las Cortes Valencianas. ¡Que pieza! Ni Demóstenes y Castelar juntos. Ya era hora de que a los de Compromis se les llamara «nacionalsocialistas», ni pancatalanistas, ni criptomarxistas, así nazis. Y qué decir del genocidio de los castellanoparlantes. Hace tiempo que no voy a la Vega Baja del Segura, pero deben estar los cadáveres por las calles. Y en Alicante… Pero donde lo bordaste, bizarra, es cuando llamaste a las Cortes Valencianas «chiringuito» y dijiste que estabas allí para cerrarlas. Épica actitud, digna de una Agustina de Aragón o de una María Pita. Te pusiste el mundo por montera, y echaste abajo toda la «public choice», toda la escuela de análisis económico de la política, que dice que el político se guía por el interés personal y le despoja de todo aspecto romántico. Según esa escuela, tú lo dijiste para contentar a tu parroquia, pero no, que tiene mérito infiltrarse en el enemigo del que cobras 80.000 euros al año, que no los habéis visto juntos Mario Ortolá y tú, en el tiempo que estabais amancebados, y soñabais no con Romeo y Julieta, sino con Pablo Iglesias e Irene Montero; porque tú cobrabas la miseria de 450 euros, al servicio de un abogado de la ultraizquierda llevando los cafés de un lado para el otro. ¡Qué maravilla! ¡No te dejas comprar aunque sí recoges el dinero! Cualquier día de estos, cuando tengas mayoría absoluta, cerraras las Cortes Valencianas y la Generalitat y montaras tu despacho de abogados propio, que se te va a llenar seguro, porque tú lo vales.

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Así que no necesitas hacer guarrerías como dicen que estás haciendo, que llamas a la gente a la sede y la pones entre la espada y la pared. ¡Qué son para ti un abogado de prestigio, con un curriculum impresionante, y todo un teniente general del Ejército del Aire! Pelillos a la mar. Tú no necesita ni a Javier Ortega Smith, que luego te pega el coronavirus, ni a nadie. Puedes tú solita, a pecho descubierto. Que tengas algo en la vida de lo que poder sentirte orugllosa, que parece quete han colocado y has espantado a la militancia, no uno ni dos, más de mil, traidores todos. No es que tú hayas desactivado a la militancia, a fuerza de no hace nada, de ni darles participación, gentes que aparte de pagar la cuota hacían donaciones a Vox, al partido, de buscar la adhesión servil y lacaya. Cambia, juega limpio, estadista, te lo digo sin ironía, ¿o si?