Josep Sansano.
La líder de Vox Macarena Olona, en una de sus escapadas vacacionales ha visitado la región de La Solana, un pequeño municipio de Ciudad Real. Resulta curioso que entre los muchos restaurantes de la zona, fuera “el cangrejo” el elegido por la diputada verde para yantar, puesto que a junto a otros como el andaluz “Casa pepe”, el cangrejo es ampliamente conocido por ser un restaurante temático alrededor de la figura del dictador Francisco Franco y del líder de la Falange José Antonio primo de Rivera.
El local, decora de forma indisimulada cada rincón con imágenes de ambos líderes fascistas, dedicándoles desde menús especiales, hasta vinos y suvenires diversos, por lo que es poco probable que Macarena Olona eligiera dicho restaurante por azar, y menos aún que de entre todos los bares y tascas que debe haber visitado en sus viajes, escogiese precisamente este para decorar sus redes sociales y proponerse como ejemplo de la “España que curra” dedicándole hasta un hastag: #ElCangrejo.
La lista de coqueteos de VOX con el fascismo es larga y dista mucho de ser una paranoia de la izquierda radical. Desde los más evidentes, como las loas de Javier Ortega Smith a la figura de José Antonio Primo de Rivera o sus artículos en revistas falangistas, pasando por esta visita al cangrejo, hasta los más sutiles como la fascista liquidación de las primarias en VOX y el sometimiento del partido a un Mussolini de gimnasio como Santiago Abascal o la más que probable simpatía al grupo filo nazi CEDADE del cerebro del partido, kiko Méndez-Monasterio.
En su afán por autodestruirse siguiendo a pies juntillas los pasos de Podemos, Vox ha culminado su transformación de ser la alternativa al PP (como Podemos lo era al PSOE), a convertirse en la versión con esteroides de los movimiento políticos de la ultraderecha más rancia y caduca representada por Falange o España2000 (al igual que Podemos hizo con IU).
Tristemente la derecha va a quedar huérfana de nuevo de una alternativa seria a la corruptocracia del PP, puesto que VOX se ha convertido en un estercolero que pronto no podrá seguir viviendo de las rentas que aún percibe de los tiempos en los que Alejo Vidal-Quadras representaba una cierta y muy necesaria regeneración liberal-conservadora de la que ya no quedan ni las migas.