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Fase 2: Shock traumático

Redacción




Enrique de Diego.

El lunes pasaron en Telecinco «Titanic». Eliminando la cursilería de la trama, resulta altamente significativa de la situación que vive España. Nada sucede hasta que no se produce el impacto, todo transcurre en la normalidad, incluso cuando tiene lugar el choque con el iceberg pasa un tiempo en el que los pasajeros viven ignorantes a la tragedia que se va a producir. Cuando ya se da la voz de alarma y empiezan a lanzarse botes al agua, todo transcurre a velocidad de vértigo hasta el amargo final. Sólo dos observaciones: aquella sociedad no era tan machista, de ahí que se salven las mujeres y los niños, y el capitán se hunde con su barco, mientras aquí -en la lógica del Estado de Partidos- se va de vacaciones a gastos pagados a La Mareta y nos ahorra sólo tres días.

Pedro Sánchez regresa con la pérdida del sentido de la realidad que padece en toda la crisis sanitaria descargando la responsabilidad en el pandemónium de las autonomías, ese cáncer terminal de España; con el comienzo de curso en el alero y lleno de improvisaciones. En la lógica ilógica del Estado de Partidos lo que hace Pedro Sánchez es endilgarle la responsabilidad a la Comunidad de Madrid y, por su parte, el PP y Vox hacer lo propio con Pedro Sánchez (Ciudadanos ha dejado de contar, está muerto). Nada de esto nos conduce nada. Son polémicas de partido que no resuelven nada, que no entran en el auténtico problema de fondo que es el Estado de Partidos, un modelo por el que los partidos se instalan en el Estado, se financian de él, y desde ahí lo controlan todo, sin separación de poderes, y generan una falsa sociedad civil mediante las subvenciones. Los Partidos se tornan parasitarios y opresivos y es el modelo el que hay que tumbar.

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Hay iniciativas que se mueven en la lógica ilógica del Estado de Partidos como la moción de censura de Vox, porque le modelo precisa drama y espectáculo. Y otras que se mueven entre dos aguas como la manifestación convocado para el 12 de septiembre, a las 19 horas, en Puerta del Sol, por ciudadanos al margen de los partidos, pero no contra los partidos, de ahí que inviten a Pablo Casado y Santiago Abascal, que afirman contar con 60.000 seguidores en las redes sociales y esperan reunir a 100.000 personas. Los repúblicos no faltaremos. Atentos porque la reivindicación es elecciones anticipadas. Ya no da tiempo. El Titanic ha colisionado y se hunde. Hay que ir hacia la solución que es la República Constitucional, y vamos a dar un paso al frente.

El Estado va a recibir 21.300 millones del SURE para pagar los ERTES. Algunos confían en la Unión Europea para que imponga reformas a España. pero entendiendo que el dinero que llega de Europa no es un regalo de Navidad, es insuficiente, el modelo español de Estado de Partidos es irreformable. Es un desastre sin paliativos, es expoliador por esencia.

España necesita una revolución que se impondrá mediante un shock traumático, cuando se imponga una descenso de las retribución a los funcionarios del 4o% y un recorte a las pensiones del 45 %. Cuando la mentira del sistema sea incapaz de contener o cerrar las vías de aguas. Lo lógico sería ir hacia la República Constitucional ya, sin esperar a los acontecimientos. Nosotros no nos vamos a quedar en el quietismo. Pero, si bien la abstención activa ha sido muy elevada en Galicia y Vascongadas, y ha abierto una vía de agua en la legitimidad de origen del sistema, con ese rotundo 51,40% de Bilbao, hay muchos intereses creados y la sociedad española se ha acostumbrado a sestear en un modelo que vive de la deuda. Precisa ese shock traumático, que se producirá, para darse cuenta de que el barco se hunde y no hay botes salvavidas suficientes, y el Gobierno es capaz de repetir el milagro de la mutiplicación de los panes y los peces. Entonces es fundamental que los repúblicos estén preparados para una solución racional a la crisis. Fuerza y honor.

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