Luis Bru.
Si hay dos enemigos declarados en la vida pública española son Pablo Iglesias y Eduardo Inda, un «tipejo» para el podemita, que quiso convertir un lío de faldas, a los que tan aficionado es Pablo, en una cuestión de Estado, utilizando a la Justicia a su favor. Poco dura la alegría en la casa del pobre, aunque tenga mansión de marqués, y esta mañana no se han descorrido las persianas en Galapagar ante la tormenta que ha caído sobre la casa de Iglesias, que se ha llevado lo peor de la noche electoral, aunque Ok Diario abre titulando «la Guardia Civil detiene a una persona en su casa la noche de su hecatombe electoral». ¡Qué inoportunos!
Y resume Inda los desperfectos de la DANA: «El gran perdedor de esta noche, para ventura de todos los demócratas, es Pablo Iglesias, un Pablo Iglesias que se queda fuera de la escena política, que desaparece en Galicia y en el País Vasco se pega un batacazo más que notable».
A perro flaco, todo son pulgas y del árbol caído todo el mundo astillas. La verdad es que Pablo Iglesias se ha ganado muchos enemigos, y todo el mundo ha hecho leña, como Iñigo Errejón que cree que «Podemos ha muerto», pero en la enemistad se lleva la palma Inda, que le está gozando y se le nota: «Primero, porque es un exaltado y en segundo lugar, porque es un extremista. En tercer lugar, porque los ciudadanos han comprobado que es un delincuente, es una persona que ha alterado y ha prostituido un proceso judicial con pruebas falsas para intentar asesinar a periodistas, asesinarlos civilmente, entre otros a un servidor, y para intentar cerrar medios de comunicación como OKDIARIO», destaca Inda.
Pero no son los únicos motivos. Los ciudadanos «no le perdonan el hecho de que tenga el insulto como permanente argumentó» y, añade Inda, que «como he dicho yo muchas veces, el insulto es el argumento de los fascistas». Devolución al remitente de su insulto preferido y desgastado.
Ni corto ni perezoso, Eduardo Inda le avizora entre rejas en el futuro: «Y la verdad, querido Pablo, es que lo que ha ocurrido es muy triste para ti y es una ventura para nuestra sociedad. Yo creo que deberías de pensar ya, de una vez por todas, en dejar la vida política y en ir pensando en tu nueva vida, que casi con toda seguridad va a ser el banquillo de los acusados en el caso Dina, ahora llamado caso Iglesias, y quién sabe si algún día acabar entre cuatro rejas, en la trena, en la cárcel».
Inda, refranero: «En fin, querido vicepresidente, que como dice el refrán, a todo Pablo Iglesias le llega su San Martín y a ti te ha llegado en el día de hoy».