AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Ramoncín y Jesús Cintora no tienen ni idea de lo que hablan

Redacción




Luis Bru.

La ignorancia es atrevida y la de los progres es supina. En el programa Liarla Pardo ambos se hicieron adalides de la ciencia, sin tener ni puta idea de lo que hablan, pero sirviendo con chascarrillos a los multimillonarios más degenerados. Tras poner declaraciones de Miguel Bosé, que se sale del cliché, notoriamente gay, en contra de las vacunas de Bill Gates y de su intención declarada de ponernos a todos un chip, volvieron a lo conocido: la religión. Monseñor Antonio Cañizares en una homilía diciendo que esas vacunas se hacen con restos de abortos, y que eso es inmoral, y el presidente de la Universidad Católica de Murcia, José Luis Mendoza Pérez, quien afirmó que tratan de controlar a toda la población, lo cual es rigurosamente cierto y es afirmado por el CEO de la Fundación Bill Gates & Melissa, Seth Berkley.

https://youtu.be/dPjhvP2Q3XI

Intervino primero Francisco Marhuenda, cada día más payaso, y que sólo sirve para lucir calcetines de dudoso gusto, y no dijo nada coherente, nada que demostrara que está mínimamente informado. Luego dos renombrados ‘científicos’, Ramoncín, el rey del pollo frito, y el osado payaso Jesús Cintora, que no sabe de nada y opina de todo, opinaron patochadas recurriendo al fácil expediente de la ridiculización: «chisgarabis» y esto pasa porque a gente con prestigio se le permite opinar, que dijo Ramoncín, payaso en grado sumo. Pueden ver en el vídeo como con total desfachatez se afirma la conveniencia de tener un DNI de los niños, un chip anticonceptivo y un chip en la vacuna del coronavirus, objetivo expresado por el citado CEO. Pero es, al parecer, mejor tratar a los demás de ignorantes -«sólo la ciencia nos salvará», dijo Cintora, en plena euforia de estupidez- cuando la ignorancia proteica es la de uno y no se ha tenido la decencia de informarse. Estos progres cada vez pierden más el norte y parecen salidos de alguna película distópica, dada su pérdida del sentido de la realidad.