Luis Bru.
Cake Minuesa se vio en dificultades con el confinamiento, se encontró ante el cierre de su productora y acudió, con el agua al cuello, a la Comunidad de Madrid que contrato con él 3o videos, a mil euros por vídeo; contrato a dedo, sin licitación, de amiguetes, de vulgares chorizos, Cake Minuesa e Isabel Díaz Ayuso, a través de la Consejería de Sanidad. Resultado: una mierda, o treinta mierdas, treinta churros.
Un realizador profesional del programa de Risto Mejide ha hecho el análisis de un número significativo de videos, siete: «no alcanzan un nivel de calidad», «se han hecho muy rápido», «son cosas muy sencillas», «demuestran carencias técnicas», «a una sola cámara», «en menos de una hora», «con planos desenfocados», «realización un corte detrás de otro, con lo que llamamos en nuestra profesión, técnica patata, patata».
En todas cuecen habas y Cake Minuesa se lo ha llevado crudo; un falso héroe jugando al pilla pilla presupuestario y el contrbuyente desprevenido, como siempre.