Editorial.
Tras los dos certeros artículos de Rambla Libre sobre la opaca e injusta destitución de la concejala de Servicios Sociales de Galapagar y el revuelo dentro del Equipo de Gobierno a la cabeza de un incompetente alcalde socialista que ha echado a dos de los suyos por el capricho del partido veleta Ciudadanos, escombrera política, siguen tildando la noticia de fake y se empeñan en desacreditar lo que es una evidencia, fruto de la mala conciencia de estos paniaguados naranjas y de estos socialistas de sillón. Hay quien habla de pasar el tema, gran despropósito, a los servicios jurídicos del Ayuntamiento. Es muy grave utilizar fondos públicos para temas de partido. Desde aquí, les decimos a los tales caraduras, adelante con los faroles. Aquí les esperamos.
Adjuntamos fotografía del cese y con ella recordamos a esos políticos disfrazados de una izquierda que no son, que la ira del pueblo, de esos vecinos que confiaron en ellos, caerá tarde o temprano esperemos y confiemos en forma de voto y de una eclosión social que les ajuste cuentas.
Ninguno de esos personajillos que hoy gobiernan en Galapagar son lo suficientemente conocidos entre los vecinos como para ganar votos, excepto la concejala destituida que, además de ser una mujer comprometida con los más necesitados, era la cara conocida para los vecinos que querían votar PSOE.
El cese, de esta luchadora y ejemplo de concejal, ha calado profundamente en el pueblo de Galapagar y ha causado mucho malestar por el trasfondo y las formas, entre otras cuestiones porque la destituida era muy respetada tanto ella como su trabajo por todos los colores políticos, incluidos PP y VOX.
Este cese pasará factura tanto a PSOE como a un moribundo Ciudadanos, auténtica vergüenza de la política española, que no solo no para de meter la pata a nivel nacional, sino que en Galapagar hasta se ha superado.
Subestimar a este modesto digital y sus noticias ha sido el sumum de la incapacidad intelectual y un aliciente para seguir escribiendo sobre ese Equipo de Gobierno.
Si queda algún concejal de izquierdas con la mínima dignidad y sentido del significado del concepto «servidor público» debe de tener la valentía de apoyar una necesaria moción de censura y cambiar el rumbo político de ese Consistorio antes de que hundan del todo a la izquierda en esa localidad.
Los socialistas de verdad, los de corazón, deben dar un golpe sobre la mesa y no permitir estos sacrificios de los suyos por el capricho de una concejala ególatra, pija de sainete, desde la piscina de su chalet de lujo, mientras deja desprotegidos a los más vulnerables, produciendo un auténtico destrozo en los servicios sociales cuando son más necesarios. Pilar García López no ha tenido en cuenta la ola de indignación que ha levantado y la justa ira popular que provoca.