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Mamen Mendizábal, de los nervios con el 8 M

Redacción




Luis Bru.

Mamen Mendizábal se mueve mucho. Mueve las manos continuamente a ritmo con una música que no suena. Parece que tiene el baile de San Vito. Hoy, desde luego, lo tiene. ¡Una tila por favor! O dos o tres. Está de los nervios con el informe de la Guardia Civil sobre el 8 M. ¡Qué desastre! ¡El feminismo desorejado en cuestión y en berlina! Las manos de Mamen son un hervidero. Pero ¡cómo se puede decir que el 8 M no se debía permitir, que fue un infectódromo, una orgía para el virus! Una imagen vale más que mil palabras: de fondo, la imagen de la manifestación con todas berreando, haciendo el hortera y no cuidando la distancia social. Pero, bueno, si hubo todo tipo de actos el 8 M: partidos de fútbol, por ejemplo. Jesús Maraña, al quite, más nervioso que Mamen: ¿vamos a juzgar a todos los que celebraron actos? ¡Alma de cántaro, no te das cuentas que empeoras el argumento! Fue el Gobierno el que permitió ese aquelarre y todos los eventos. Para «aclarar» la cuestión llaman al juez de cabecera de la izquierda. Joaquín Bosch, del que se dice que no pega ni sello en su juzgado, será de tanto salir en La Sexta, que se mete en terrenos de la juez de instrucción; vamos, no cree que prospere. Luego se enrolla y no se le entiende, pero ya ha dictado sentencia y Mamen queda más tranquila. Menos mal.