Javier de la Calle.
Hoy acudieron medio centenar de personas a la cacerolada a la puerta de la mansión de Pablo Iglesias. También una veintena de podemitas que intentaron acallar la cacerolada con un gran altavoz poniendo música a todo volumen, como La Internacional, y gritando consignas, puño en alto, como «sí se puede» con el fin de provocar un enfrentamiento que no acaban de conseguir.
La megafonía, y más a las 21.30 horas, además de ser una falta de respeto a los vecinos está prohibida en Galapagar y debería ser denunciada por Policía Local o, al menos, no permitida por la Guardia Civil.
La calle sigue siendo cortada al público mientras dura la cacerolada.