Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Quien esto escribe ha aprovechado los ratos libres del confinamiento para revisar grandes obras maestras del cine clásico. De Ford a De Mille, pasando por Hitchcock, Hawks, Lang o Vidor. Sin olvidar a Dreyer, Visconti, Fellini, Truffaut, Chabro, Buñuel o Rafael Gil. Y por supuesto tampoco a Wyler, Walsh, Wilder, Chaplin, McCarey, King, Mann, Welles o Haathaway.
Pero también hay un lugar en los estrenos Movistar para ver películas de esta misma temporada, algunas estrenadas en salas, otras sin ello al no haber dado tiempo a organizar los eventos.
Dos películas muy diferentes merecen reseña ahora; la adaptación en imagen real de la mítica serie infantil Dora la exploradora, y un seco, austero film español rodado en gallego: O que arde, ciertamente interesante pese a su hermetismo.
DORA
Aventuras para toda la familia en esta película de acción real basada en la serie infantil «Dora, la exploradora«. Protagonizada por Isabela Moner (que interpreta a Dora con 16 años), Eugenio Derbez, Michael Peña, Eva Longoria, Adriana Barraza y Jeff Wahlberg, además de Danny Trejo y Benicio Del Toro, que ponen la voz a Botas y Swiper en versión original.
Dora, la exploradora fue una muy popular serie infantil de Nickelodeon (emitida en España a través de Clan). Los que tienen hijos de entre ocho y doce años lo recordarán sin duda. Sobre todo, porque junto a las aventuras y las canciones la serie tenía numerosos elementos didácticos que enseñaban a los niños desde frases en inglés hasta consejos útiles de todo tipo.
https://www.youtube.com/watch?v=xsfsKJmvVsc
No hay grandes novedades en película de Dora. La historia de Nicholas Stoller, uno de los guionistas de comedia más interesantes de los últimos años, navega en una cierta indefinición. Hay comedia, frases inolvidables de la serie original y ese gracioso mono “ Botas “ que hizo las delicias de los más pequeños. Dora se verá envuelta en una aventura con tesoros al estilo de Indiana Jones ( a la que rinde homenaje ) aunque su estilo sea más deudor de Jumanji que de la película de Spielberg.
Pero Dora es una película infantil y los que conocieron el original y conservan un pedazo de ilusión quedaran divertidos y aún encantados con la adaptación. No es una obra maestra ni pasará a la historia pero se disfrutará en familia, con la condición – eso sí – de haber conocido la serie de dibujos animados que era un auténtico encanto en su modestia y sus personajes.
LO QUE ARDE
El argumento es original: nadie espera a Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas lucenses, donde volverá a convivir con su madre Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas. Sus vidas transcurren al ritmo sosegado de la naturaleza, hasta que todo cambia cuando un fuego violento arrasa la zona.
Oliver Laxe («Mimosas«) dirige y coescribe este relato sobre la culpa, el dolor y la soledad que supone, también, un homenaje a la naturaleza y a la relación del ser humano con el entorno. Aunque no esté exento de contradicciones: el pirómano regenerado, la madre solitaria, el bosque a veces inhóspito aún en su belleza.
Lo que arde ganó el Goya 2020 a la mejor actriz revelación para la octogenaria Benedicta Sánchez y el Goya 2020 a la mejor fotografía, además del Premio del Jurado en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes de 2019.
https://www.youtube.com/watch?v=KWdlRdCzD-w
Los árboles caen con el fuego, es una imagen trágica de hundimiento, de muerte. Las raíces se quiebran y por un momento esos arboles se convierten en personas deshechas, o éstas en aquellos. Todo puede arder, desaparecer, desvanecerse en el vacío.
El paisaje de Galicia es captado en una profunda belleza de las imágenes, el verde, las colinas húmedas, los parajes salvajes. En este sentido la película adquiere momentos de gran intensidad. El paisaje se convierte en drama como en el cine de Mann, aunque Laxe se fije en Saura o Erice para la descripción de los personajes. Destaca la anciana madre en su resignación y entereza que convence más que el protagonista, su hijo. Hay que destacar que el realismo es absoluto, casi como si de un docudrama se tratase logrando en las escenas de los incendios la mayor impresión de verismo.
En exceso hermética, se echa en falta una historia que hubiese ahondado en la humanidad de los personajes. Pese a ello una propuesta fílmica original y de notable calado dramático que se centra en algo tan simple como la propia realidad.