Luis Bru.
Pedro J Ramírez, temeroso, no pisa la redacción, sólo sigue el trabajo vía telemática. Ha cogido un miedo enfermizo al coronavirus, como un león reumático, desdentado y achacoso. Invertia -¡maldita la hora que se le ocurrió la ocurrencia de gastarse un millón de euros en su adquisición!- no está dando los resultados esperados, entre otras cosas porque sólo da noticias negativas debido a la crisis económica que nos asola. El viejo sueño de dotarse de un público influyente y dadivoso se esfuma.
La crisis del coronavirus está siendo demoledora para la política de suscripciones de El Español de Pedro J. Es de tal magnitud que fuentes internas hablan de «hundimiento». Se une así a la caída de publicidad que se sitúa en un 85%.
Llueve sobre mojado en la política de suscripciones, porque el boicot lanzado por Hermann Terstch causó estragos en la facturación de suscriptores de El Español de Pedro J. Esa segunda oleada, que adquirió la fuerza de un tsunami, se sumó a la que protestaba por la renuncia a los principios fundacionales de independencia y la conversión del diario en órgano oficial u oficioso de Ciudadanos y de Albert Rivera.
Pedro J Ramírez ya en la Junta General de Accionistas habló del fracaso de esta segunda vía de financiación, como la llamó en los tiempos fundacionales. Ahora toca olvidarse de ella, lo que hace más costoso el proyecto.
En 2916 El Español ingresó 825.875; en 2017 bajaron a 676.791; en 2018 se han hundido hasta quedar en unos escuálidos 586.566. En 2018, a la espera de cifras oficiales, el desastre total.