Editorial.
En 2015. un programa de la RAI dio la información de que los científicos chinos habían logrado el coronavirus. Produce escalofríos e indignación la denuncia. Se necesita una aclaración urgente y transparencia sobre este hecho o concluiremos que China es culpable.
https://youtu.be/YHD5bfIghNU
La posibilidad de se les haya escapado desde el centro biológico de Wuhan es altamente probable, toda vez que el virus ya existía -como demuestra el informativo de la RAI emitido en 2015- y es de factura humana. Las versiones de que el virus había tenido su origen en el mercado de Wuhan se han demostrado falsas, así como las sospechas que se habían cernido sobre el pangolín. Un estudio de universidades norteamericanas sentencia que es fruto de una mutación natural, pero no indica si se ha producido en animales o humanos.
Curiosamente, China está resultando beneficiada por la pandemia como proveedora de utensilios médicos, que le están siendo comprado con sustancial picaresca, como la adquisición de 640.000 diagnósticos rápidos por el Gobierno español o las aeronaves fletadas por la Comunidad de Madrid, pero también Bélgica o Alemania están teniendo bastantes problemas. Descubrimos que hemos delegado la industria también la esencial en manos chinas, sin tener en cuenta que es una tiranía y que no respeta las patentes y marcas. Esto, ciertamente, no puede seguir así: España ha de tener capacidad de respuesta en la fabricación de cosas tan sencillas como mascarillas y guantes de látex.
En nuestra opinión, la globalización ha recibido un golpe de muerte y debe ser revisada. A la muerte del dictador Franco la industria representaba el 36% y actualmente es sólo del 15%. Hemos de recuperar nuestra industria, la deslocalización ha sido nefasta. Hay que poner aranceles a los productos made in China, por lo general defectuosos, que sean lo suficientemente disuasorios, entre otras cosas, mientras no se respeten los derechos humanos y no haya una democracia.