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La semana que Pedro J Ramírez cavó su propia tumba

Redacción




Luis Bru.

«Llevan dos semanas encerrados en casa», comenta una persona de su entorno, y como ha comentado Javier Gómez de Liaño, «Cruz Sánchez de Lara es una persona que se levanta pensando a quién le presenta una querella», o según la experiencia de Jesús Muñoz, a través de sus clientas, una denuncia falsa. Así que cuando leyeron en La Crónica de El Mundo «supongo que a Jota le viene el virus del 8-M. Su mujer representa a feminazis», montaron en cólera, Cruz sobre todo, y el calzonazos de Pedro J salió en su defensa con ira jupiterina, apuntando bien sus dardos hacia Antonio Fernández Galiano, que con sus 1.700 empleados y la emergencia sanitaria -y publicitaria, que también afecta terriblemente a El Español- del coronavirus, tiene otras cosas en qué pensar que en un conflicto judicial con el exdirector litigante que le costó tanto quitarse de encima.

Según los expertos jurídicos consultados por Rambla Libre, no hay motivo para ninguna denuncia, porque no se le imputa delito, y decir que «representa a feminazis» es en tono coloquial, tenían que denunciar las representadas, y el concepto ha tomado carta de naturaleza y es utilizado por personas como Cristina Fallarás o Laura Etxebarría con intención provocativa.

Pedro J empezaba así la semana en que cavó su propia tumba. Lanzada su soflama en twitter, pronto entró en ebullición la red y le cayó la del pulpo; pudo comprobar como ahora no le cae bien a la izquierda, ni a derecha; no le cae bien a nadie, sacaron a colación sus groseras mentiras en el 11 M y pusieron en solfa la credibilidad de El Español. Un desastre en términos de coste de imagen, porque amplifico el mensaje, mucho más que la rectificación ulterior.

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Agatha Ruiz de la Prada recibió, según su entorno, llamadas perentorias y suplicantes de El Mundo pidiendo cerrar la polémica. Se puso en contacto con ella el abogado de la empresa, que lo es aún tiempo de Pedro J Ramírez y le pasó un comunicado que Agatha leyó sin entusiasmo. No se entiende en el panegírico de Pedro J lo de los cuatro años aguantando (salvo que sea lector habitual de Rambla Libre), porque son contadas las veces que Agatha se ha referido al innombrable.

De hecho, en Sálvame, donde se la quiere, no entró ni hizo ningún comentario a dos preguntas, claramente referidas a exclusivas de Rambla Libre: la cicatería, que sugiere problemas económicos, de Pedro J al no querer regalarle una silla de montar a Cósima, tras habérsela prometida, y aduciendo los elevados gastos que tiene con El Español, y el malestar con la insoportable Cruz de destacados miembros del Consejo de Administración, Gómez de Liaño entre ellos, el mismo que fue testigo en la boda de tapadillo de Pedro J con Cruz. Con elegancia, Agatha se desentendió de ambas preguntas, que quedaron en el aire haciendo su labor.

Ver a un periodista vetusto y acabado cogiéndose un rebote infantil contra la libertad de expresión, pretendiendo infundir miedo, y en parte lográndolo, dando la sensación, y confirmando, una doble moral; contestando desde twitter, sin saber organizar un hilo, y no desde El Español, todo ello da una imagen de debilidad enervante. Agatha se ha quitado de encima al litigante Pedro J y para ella vale lo de Charles de Gaulle, «la France ont a perdu una bataille, mais la France n´ont a perdu pas la guerre». En cuanto a lo de «feminaizis» o feministas radicales, El Español es el único digital que no ve relación entre la celebración de las multitudinarias manifestaciones del 8 M y la propagación del virus. Pedro J ha abjurado del periodismo por la ideología conyugal.