Enrique de Diego.
Pedro Sánchez lo debes estar pasando mal, muy mal, siendo la vergüenza del mundo, que estás ya en la prensa internacional por el desastre que estás organizando; has reaccionado tarde y mal. Por de pronto, tienes a toda la familia infectada, que espero que le vaya bien, a Begoña Gómez, a tu madre y a tu suegro, el que tenía saunas para gays; a Begoña y a tu madre infectadas por la cagada del 8 M, de lo que tendrás que dar muchas explicaciones penales, porque ya hay alguna denuncia y me consta que están en preparación varias, bien fundamentadas y tumbativas, civiles y penales, la pregunta obvia es: ¿por qué permitiste y alentaste esas orgías, esas bacanales para el virus?
Ni cerraste la frontera. Seguiste dejando entrar a los chinos y a los italianos. Un desastre. No sé qué dirá tú «Manual de resistencia», pero la has pifiado completamente, vas a quedar como un completo inútil, y como la ruina de la nación, porque tiene gracia eso de prohibir que nadie vaya al paro por el coronavirus, que lo prohíbes, con estupidez podemita y buena intenciones de esas que está el infierno llena, te has cargado el país, y parece que lo has hecho adrede, lo cual es incierto, pero has cometido tal cúmulo de errores que pareces tonto con un equipo de gañanes. Ahora le pretendes trasladar la crisis con tu plan Marshall a los alemanes y te estás encontrando con la dura realidad, y no vas a poder mantener a todo el mundo, no vas a poder mantener a tal cúmulo de funcionarios, ni las autonomías, ni los aparatos de los partidos. Ni vas a poder evitar el caos y desórdenes sociales. Estas guerras de Gila que tú montas terminan con las Fuerzas de Seguridad y el Ejército en las calles y con un tirano al frente. Dios no lo quiera, y tú tampoco, pero has hecho oposiciones, fraudulentas, para que suceda. Tiempo al tiempo: te has cargado a la tambaleante clases medias españolas.
Ya que no no evitas ni al enterrador ese de Fernando Simón, con sus paños calientes, por lo menos evitanos el ridículo, el timo chino. Por de pronto, cómo que España no es capaz de producir una cosa tan sencilla como mascarillas o los test de coronavirus. No me digas que no tetemos industria textil y farmacéutica. Con Franco, perdóname por la cita, ya sé que te obsesiona y te crees que has ganado la guerra civil con sacar los restos, la industria española representaba el 36% del PIB y ahora representa sólo el 15%; teníamos industria textil, construcción naval, sector de alimentación y presencia en todos los sectores, y al parece con la transición hemos desmantelado todo y nos hemos convertido en un pueblo de camareros, de cocineros, de sociólogos, de politólogos y de políticos. Y funcionarios, que los hay a espuertas. Pero nadie que fabrique nada y encima dices que te los vas incautar, lo mismito que Nicolás Maduro.
Tienes al 14% del personal sanitario infectado, 9.500 de baja, a los que no has sabido proteger, que es como si a la guerra -está de moda el lenguaje bélico- mandas a los soldados sin armas, al 12 de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ha muerto el primer Policía Nacional. Los Sindicatos Médicos Colegiales hablan de «falta de organización y previsión», eso en dosis mayúsculas, porque la ineficencia tuya y de tu ejército de Pancho Villa es asombrosa.
Al final, se recurre a China que es la que ha montado la pandemia. Es decir, los chinos que son los causantes son los que hacen negocio con el material sanitario. Y encima defectuoso: ¡654.000 test rápido inservibles y lo dice en el prospecto! Tienen el 30% de sensibilidad cuando tienen que tener el 80%. ¡Lo anunciaste tú a bombo y platillo, que ya estaban los tests rápidos! En torno a los cuales había que haber establecido toda la estrategia sanitaria, pero la empresa no tenía licencia y son una chapuza, como valoró la Comunidad de Madrid. Y no se sabe quién es el responsable de la compra y la ministra de Asuntos Exteriores, que es un cromo, que la debes haber puesto sólo porque es una lacaya de George Soros dice que el mercado chino es que es muy complicado y Salvador Illa se le caen las gafas, y tartamudea en el Congreso, y hay que sustituirlo, deprisa y corriendo, por María Jesús Mantero. No nos avergüences más, por favor. Hoy te vamos a considerar autor del ‘Manual de incompetencia’. No ha habido personaje más incompetente que tú.