Luis Bru.
Han dado y cultivado la imagen de matrimonio perfecto. El día de la boda, a pesar de sus divorcios a cuestas, Pedro J hizo votos de amor para siempre: «Cuando tantos quieren separarse, nsotros nos hemos unido para siempre con dos leones por testigos». Ramírez es de un cursi empalagoso cuando se pone…Los dos testigos son personas de carne y hueso, Francisco Javier Gómez de Liaño y la exfiscal Dolores Márquez, ambos dos han salido tarifando porque no soportan a Cruz Sánchez de Lara.
Han aparecido ya las primeras grietas y desavenencias. Cruz vuela por libre, con dos casas en el Barrio de Salamanca puestas a su nombre y apoderada de Rosebud, la sociedad patrimonial de Ramírez; recientemente se fue a Roma sola en pleno ataque de celos de Pedro J y no volvió hasta que éste pagó de su cuenta corriente el coste de un máster en el Instituto de Empresa, que Cruz había cursado con el fin de ser directora de El Español; cosa que Pedro J no ve claro y comprende el ridículo que representaría para su digital, en cuya redacción todo el mundo la aborrece, dado su mal e intrigante carácter. «Los gritos y las riñas se oyeron en toda la redacción», comenta una redactora que prefiere mantener el anonimato.
Ahora Cruz se ha cogido el portante y se ha ido a Kenia, con su ONG, y se ha dejado en tierra como un trasto viejo a Pedro J. «No le ha gustado nada», comenta la misma fuente. También tiene previsto un viaje a Washington de uno o dos meses, con la finalidad de adquirir conocimientos para su obsesión actual de ser directora de El Español, aunque otras fuentes apuntan que «va a aprender inglés, porque lo chapurrea un poco, le queda el pelo de la dehesa extremeña».
Tanto viaje, y sin Pedro J Ramírez, tiene mosqueado al director de El Español, al que algunos señalan que «se le ha pasado el enamoramiento (dicen una palabra mal sonante) y está empezando a darse cuenta de quien es Cruz Sánchez de Lara». Se admiten apuestas.