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Pedro J, sumiso, tuvo que pagarle a Cruz el máster, bajo presión, tras el viaje a Roma

Redacción




Luis Bru.

Hay una anécdota que describe mejor que ninguna otra el grado de sumisión que sufre Pedro J Ramírez respecto a Cruz Sánchez de Lara. Lo que se dice vulgarmente un calzonazos este Pedro J. El pago del máster en Comunicación en el Instituto de Empresa, que ha cursado Cruz con el objetivo de ser nombrada directora de El Español, fue formalizado por Pedro J, de su cuenta corriente, tras el pulso que le echó, auténtico chantaje emocional, Cruz largándose a Roma.

Los que hablan de que a Pedro J “se le ha terminado el encoñamiento, ve las orejas las lobo, ya sabe en qué manos ha caído” citan la anécdota como significativa de que las cosas son así, porque no dan crédito al nuevo Pedro J, alelado, ya que Ramírez era “de natural, rata” y no hacía tales dispendios, pero a Cruz, tras ponerle dos pisos a su nombre en el Barrio de Salamanca, no le niega a nada, porque si no se marcha a Roma. Durante ese tiempo Ramírez languidecía, estaba como alma en pena. “Hasta que no le quite todo y le deje sin nada no va a parar”, dice una fuente que ha tratado íntimamente a Cruz Sánchez de Lara.