Enrique de Diego.
En 2009, Carmen de Tienda, presidenta de la patronal de taxi, me organizó una cena en el Club Equestre, en calidad de presidente de la Plataforma de las Clases Medias y del partido Regeneración, con lo más florido del constitucionalismo barcelonés, con el fin de que difundiera mis ideas, que consideraba fundamentales para el bien de las gentes y la salvación de España.
Asistieron unas veinte personas, entre las que se encontraba Antonio Robles, que había dejado Ciudadanos a raíz de su pacto para las europeas con Libertas, y Juan Carlos Girauta, que estaba entrando, y al que apadrinaba una empresaria originaria de Galicia afincada en Barcelona. Había representantes de Fomento del Trabajo Nacional.
Hablé, como no podía ser menos de la necesidad imperiosa de regneración y denuncié el expolio al que estaban sometidas las clases medias, y que no ha hecho otra cosa que aumentar. Como tenía que coger el puente aéreo temprano, me retiré pronto. A la mañana siguiente, me recogió Carmen de Tienda para amablemente llevarme al aeropuerto, y me dijo que con algún gim tonic de más, Girauta desveló que los había reunido Federico Jiménez Losantos, a quien Girauta le debe casi todo, que dijo el susodicho en la presentación de un libro de tres al cuarto de Losantos, y éste les dijo: «el discurso ganador es el de las clases medias de Enrique de Diego y se lo vamos a quitar». Manda carallo, con el personaje. Ladrón de ideas.
Dicho y hecho. Al poco tiempo daba el salto a la política nacional Ciudadanos, que nunca debió dar, podía haber sido la UPN de Cataluña, ahora va a quedar en nada, con España Suma en donde los de Ciudadanos, como Ignacio PaniAguado, restan, y salieron con ínfulas de regeneración y utilizando a todas horas ese concepto, como Pablo Iglesias se apuntó un tiempo al término «casta», que también lo di carta de naturaleza en mi libro «Casta parasitaria».
Ya se ha visto que los de Ciudadanos no han regenerado ni lo más mínimo, se han quedado en la retórica, y han hecho un partido ‘cuatro amigos de Barcelona y no nos vamos a dejar quitar’, frase que ponen en boca del inefable Fran Hervías, alias señor Lobo. No se han regenerado a sí mismos, que por ahí se empieza, ni el sistema electoral interno, tan chapuzas.
Federico copia ideas, las prostituye, las vende al mejor postor, las quita y busca la muerte civil de quien las tiene.
Sirva el dato, para indicar que ha ido de ideólogo de Ciudadanos, a cuya Inés Arrimadas cree ver en sus alucinaciones interesadas y mercantilistas, en su mediocridad. Porque Losantos es mediocre, muy mediocre, tanto para copiar mis ideas y situarse en el papel de enemigo. Pobre hombre.
De Girauta, mejor ni hablar. Mejor no hacer leña del árbol caído. Ha dado muchas vueltas siempre sin una idea original, sin una idea propia.