Enrique de Diego.
José Luis Rodríguez Zapatero ha recordado su primera victoria electoral, en 2004, tres días después de una de las fechas más negras de la historia reciente de España, el 11 M, la masacre islamista de los trenes de Atocha. En ese momento, el Partido Popular sembró la duda sobre el triunfo socialista, asegurando que se produjo gracias «a un atentado con un lado oscuro». Informa El Plural.
Sin embargo, aquel episodio triste, que bauticé como la conspiranoia, no fue, de ninguna de las maneras, obra del Partido Popular, ni obedeció a no saber perder, sino que es responsabilidad directa y única de Pedro J Ramírez, que fue la que la lanzó, la sostuvo y la amplificó, manteniendo la esperanza en sus acólitos de que la iba a investigar y a desentrañar. El 27 de agosto de 2005, suficientemente lejos de la fecha de los atentados, en las Jornadas de El Mundo, a modo de especie de universidad de verano, Pedro J, por su cuenta y riesgo, dijo que «cada vez más indicios apuntan a que el 11-M se gestó en el seno de los aparatos policiales y los servicio del Estado democrático». Fue él y sólo él el que montó una mentira colosal, llevando a la derecha a la irracionalidad, provocando su descrédito, y de la que no ha salido, pues el año pasado Pablo Casado y Santiago Abascal hicieron profesión de fe conspiranoica. También Rocío Monasterio se mostró enloquecida e irracional.
Pedro J superó todos los límites de la decencia, de la mentira y cruzó todas las líneas rojas deontológicas. De Suárez Trashorras llegó a decir que era «tan distinto del tarado patibulario y asocial que nos han presentado las fotos y versiones policiales». Cuando, esquizofrénico, su perfil coincidía con el «tarado patibulario y asocial». Suárez Trashorras, que dijo que El Mundo pagaba porque mintiera, una vez condenado, escribió una carta asumiendo su responsabilidad en los hechos y pidiendo perdón; algo que no ha hecho Pedro J por sus mentiras.
A Jamal Zougam le comparó con el capitán francés Alfred Dreyfus. ¡Se necesita cara y desvergúenza para calificar así a un asesino! Zougam volvió a ser detenido, en prisión, como jefe del estado islámico en las cárceles.
Pedro J consiguió llevar a la irracionalidad al PP. Cada noche se reunía en un apartado del restaurante Jai Alai con el presunto chorizo Eduardo Zaplana, entonces portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, para coordinar estrategias, y por esa senda de presunta corrupción el PP hizo el soberano ridículo haciendo preguntas a Rubalcaba por hechos que habrían sucedido en el período de transición, cuando Zaplana todavía era ministro portavoz en funciones.
Da grima ver ahora a Pedro J lamer el culo al PSOE y a Pedro Sánchez, tras haber mantenido la duda de que el PSOE fue autor o instigador de la masacre de Atocha. Dice mucho de la impostura moral del personaje. Con la irracionalidad a la que llevó a la derecha comenzó todo. Hay una línea de continuidad que lleva de ese clima de mentira e inmoralidad hasta la situación actual en que la unidad de España está en peligro. Como ha escrito desde estas páginas José Donís, Pedro J tiene que irse a su casa no sin antes pedir perdón a todos los españoles por haber mentido tanto en la conspiranoia del 11-M.