Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
«La historia de 1917 se inspiró no solo en mi propia historia familiar, sino también en muchas otras. Espero que las anécdotas de aquellos que nos precedieron y lucharon en nuestro nombre continúen en nuestra película»
SAM MENDES
Dirigida por Sam Mendes con George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, ColinFirth “ 1917 “ es una de las películas del año . Personal, fuerte, polémica ( ha sido tachada de artificiosa por algunos críticos ) y que desde luego conecta con grandes títulos del cine bélico , sobre todo con esa obra maestra que es La colina de los diablos de acero (Men in war ) de Anthony Mann .
La película comienza con una claustrofóbica caminata por las trincheras en una secuencia que parece filmada en una sola toma.
Enseguida los protagonistas reciben sus órdenes. Es el 6 de abril de 1917, día en que Estados Unidos decide formalmente entrar en la la guerra, en el norte de Francia, cuando el cabo Lance Blake (Dean-Charles Chapman, Juego de tronos) y el cabo LofseSchofield (George McKay) son llamados al búnker de su superior.
El argumento define los senderos dramáticos de una historia que cruza las líneas de Objetivo Birmania (Walsh ), Nosotros fuimos los sacrificados ( Ford ). Salvad al soldado Ryan (Spielberg ), Gallipoli (Weir ) o la mencionada de Mann:
Las tropas en primera línea del frente están a punto de caer en una emboscada. Planean atacar a las fuerzas alemanas, que parecen estar retirándose, pero es una trampa. Mil seiscientas vidas vidas están en riesgo y la única forma de comunicarle noticias al comandante de la operación es que Blake y Schofield entreguen personalmente una carta. Deben salir de las trincheras, cruzar tierra de nadie, atravesar los campamentos alemanes y también una ciudad, y luego descender río abajo hacia el bosque donde sus compatriotas se están preparando para lo que no saben que se podría convertir en una matanza sin paliativos.
La inspiración literaria es importante también: como la autobiografía del novelista Alfred H. Mendes ‒abuelo del director‒, Tempestades de acero, de Ernst Jünger, Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque. Los trazos de sus páginas alimentan el estilo de 1917.
Sam Mendes relata desde entonces un auténtico descenso a los infiernos, una travesía en primera persona, como testigo silencioso, a través del horror de la guerra, con personas, sentimientos, esperanzas rotas, valor, derrota, sangre, sacrificio. Una serie de escenas que atrapan y golpean el corazón del espectador como pocas películas del cine bélico han conseguido en los últimos años .
El autor no busca tanto la batalla real en un realismo que puede resultar estéril sino que quiere reflejar los sentimientos y la angustia de los hombres que viven el relato. Lo viven en verdad pues son sus latidos los que sentimos en cada imagen desagarradora.
Tras Skyfall( de la saga James Bond ) Mendes se ha adentrado en territorios oscuros, y si es cierto que el artificio ronda algunos momentos ( ya el director ha advertido que la película esta rodada con cortes aunque haya secuencias como antes advertíamos que parecen hechas con un único plano ) lo cierto es que la intensidad se mantiene durante las casi dos horas de su metraje. Y es que los espectadores se unen a los personajes y se sumergen en su turbulento viaje, en una travesía que parece no tener descanso ( de ahí el artificio de los planos secuencia ). Es una sensación de angustia permanente, tal vez el mayor logro de esta sorprendente película .
La neblina de la Tierra de Nadie -el territorio no reclamado entre las trincheras aliadas y enemigas en el frente que ninguno de los bandos se atrevía a atravesar por miedo a ser atacado- parecen sacadas de universo de El señor de los anillos.
Humanidad en medio de la desolación, la crueldad de la guerra y con ella el compañerismo, la amistad y el compromiso. Sin duda una película con numerosos momentos de cine en estado puro que impresiona y que a nadie dejará indiferente.