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Nuestra Señora de la Paz: «No juzguen a nadie»

Redacción




Sor Emmanuel Maillard.

Medjugorje, 13 de noviembre de 2019

Queridos hijos de Medjugorje, ¡alabados sean Jesús y María!

1. El 2 de noviembre de 2019 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en la cruz azul, a pesar de las inclemencias del tiempo, rodeada por un grupo de peregrinos que habían venido para la festividad de Todos los Santos. Después de la misma, transmitió el siguiente mensaje:

«Queridos hijos: mi Hijo amado siempre ha orado y glorificado al Padre Celestial. Siempre le ha dicho todo a Él y ha confiado en Su voluntad. Es lo que ustedes, hijos míos, también deberían hacer, porque el Padre Celestial siempre escucha a sus hijos. Un corazón en un corazón – amor, luz y vida. El Padre Celestial se ha donado mediante un rostro humano, y ese rostro es el rostro de mi Hijo. Ustedes, apóstoles de mi amor, siempre deberían llevar el rostro de mi Hijo en sus corazones y en sus pensamientos. Deberían siempre pensar en Su amor y en Su sacrificio. Deberían orar de manera que siempre sientan Su presencia, porque, apóstoles de mi amor, esa es la forma de ayudar a todos aquellos que no conocen a Mi Hijo, que no han conocido Su amor. Hijos míos, lean el Libro del Evangelio que siempre es algo nuevo. Es lo que los une a mi Hijo quien nació para llevar palabras de vida a todos mis hijos y para sacrificarse por todos. Apóstoles de mi amor, guiados por el amor a mi Hijo, lleven amor y paz a todos sus hermanos. No juzguen a nadie. Amen a cada uno mediante el amor de mi Hijo. De esta manera, estarán cuidando su alma: es lo más precioso que les pertenece verdaderamente. Les doy las gracias”.

Al igual que en todos los sitios relacionados con Medjugorje, a pedido de las autoridades, hemos renunciado a indicar el link del video de la aparición del día 2 de la Gospa a Mirjana. ¡La obediencia atrae siempre bendiciones!
2. Desenmascarar el mal. A aquellos que quieran seguir al Señor y trabajar para Él de todo corazón, el enemigo intentará siempre desalentarlos empleando un sinfín de artimañas. Felizmente, mediante el ayuno y la oración sus trampas pueden ser descubiertas y así evitar caer en ellas a pie juntillas.
La Virgen María es experta en prevenirnos sobre el mal que nos asecha y tan sólo necesitamos pedirle que nos ayude. Conozco al responsable de una comunidad que tenía muchas personas a su cargo. Algunas de ellas salían de la cárcel, otras de la prostitución, etc, y la Comunidad les proponía un camino de restauración en Cristo. ¡Era necesario estar bien alerta! El predio contaba con un pabellón para hombres y otro, a cierta distancia, para mujeres. Viendo que no podía supervisarlo todo al mismo tiempo, este hermano le pidió a la Santísima Virgen que lo previniera si había algo que alterara el orden para poder frenar el problema desde su raíz. Una noche, mientras estaba profundamente dormido, se despertó sobresaltado, sintiendo la moción de dirigirse inmediatamente, en plena noche, al pabellón de los hombres. Llegado allí, vio que uno de los visitantes había llevado a su habitación a una de las madres solteras. No entro en detalles. Después de una larga conversación, este responsable compendió que el hombre quería seducir a todas las mujeres afectivamente frágiles. Aquella noche, la Virgen María supo intervenir para que el asunto saliera a la luz. Otro lugar de acogida, no mixto, le fue propuesto al sujeto en cuestión, y esto permitió a esta joven madre recomponerse.
Conozco a un hombre de Dios que frecuentemente tiene que tratar con personas infestadas por el Maligno por haber practicado toda clase de graves pecados. Me transmitió una de las oraciones que emplea; corta, pero muy poderosa. Pienso que esta simple oración puede llegar a ayudar a muchas personas deseosas de caminar con Dios sin dejarse engañar.
“Señor Jesús te ruego hagas caer las máscaras de toda la gente que me rodea. Has que sea visible a mis ojos cuanto está oculto en ellos y que intentan disimular. Para que pueda conocerlas y evitarlas, pon en evidencia todas las artimañas que el demonio usa en contra de mí para obstaculizar mi camino hacia ti”.
3. ¿Es posible poner a Dios en el primer lugar? Matthew, un joven estudiante norteamericano, se destacaba entre sus compañeros por la paz que emanaba de su persona. ¡Un verdadero testigo de Cristo! Oraba mucho y amaba profundamente a Jesús. Había hecho una especie de pacto con Él, prometiéndole que haría todo lo que estuviera a su alcance para llevar a cabo la voluntad de Dios en él. Cierto día, Matthew se enamoró de una muchacha que también se enamoró de él. Poco después, comenzaron a hacer planes de casamiento para el año siguiente y decidieron vivir en castidad el tiempo de noviazgo.
Entre tanto, Matthew recibe un llamado al sacerdocio. Conmocionado le pide al Señor que le permita comprender si desea para él el casamiento o el sacerdocio, Se retira por tres días en un monasterio para poder recogerse en silencio y escuchar en lo profundo de su corazón las palabras del Señor. ¡No quería por cierto equivocar el camino! En su oración, le manifiesta: “Señor, voy a tomar este tiempo para orar, pero por favor te pido una sola cosa: ¡sé claro! Dame un signo muy evidente de tu voluntad para conmigo. Que no sea una emoción pasajera, un simple pensamiento o un sentimiento. ¡No! Te pido un signo bien concreto y contundente.
Luego vuelve a encontrarse con su novia y le confía: “Mira, le dice, quizás yo esté llamado al sacerdocio. Ahora debo rezar mucho para comprender, sin lugar a duda, qué es lo que el Señor quiere para mí. Es muy importante que hagamos su voluntad, que correspondamos verdaderamente a lo que él quiere de nosotros”. La joven, enojada, le replicó: “Pero ¿por qué te complicas la vida? Deja de lado la voluntad de Dios. Todo está claro entre nosotros; ¿por qué cuestionarte sobre la voluntad de Dios? ¡Olvídalo…! Se produjo un profundo silencio entre ambos y luego Matthew susurró bajito: “Señor, ¡te agradezco por el signo clarísimo que acabas de darme!”
El joven entró al seminario y a su tiempo recibió la ordenación. Es un sacerdote feliz. Su sacrificio le costó mucho porque amaba profundamente a su novia. ¡Pero su elección de hacer ante todo la voluntad de Dios lo salvó de una gran desdicha! Efectivamente había comprendido que casarse con una chica que declaraba que no haría caso alguno a la voluntad de Dios en su vida, necesariamente desembocaría en una crisis matrimonial a corto plazo. Aquel día, un gran drama fue evitado a costa de muchos sufrimientos. Colocar a Dios en el primer lugar es pisar firme a largo plazo.
4. ¿Podemos evitar el Purgatorio? Dichosos aquellos que tuvieron la oportunidad de escuchar a la vidente Vicka relatando su “viaje” junto con Jakov al Cielo, al Purgatorio y al Infierno de la mano de la Virgen María (Ver PS 1). Pero felices también quienes creen simplemente lo que el Evangelio enseña sobre las postrimerías del hombre. (Ver PS 2). En este mes de noviembre en el que oramos por los difuntos deseo resaltar un punto sobre el Purgatorio. Hoy en día, aun entre ciertos consagrados, la existencia del Purgatorio es cuestionada, como si aquella realidad repentinamente hubiera dejado de existir, porque incomoda a ciertas almas. Sin embargo, un gran número de místicos han visitado el Purgatorio: Santa Faustina, Santa Mariam de Belén, el Cura de Ars, además del Padre Pío y de muchos otros más. Sus relatos son apasionantes. ¡Sí!, el Purgatorio existe y es altamente recomendable pensar desde ahora en él antes de emprender la última etapa de nuestra vida aquí en la Tierra.
¿Cómo podemos evitar aquella dolorosa purificación antes de poder lanzarnos al abrazo de Dios, a la unión perfecta de amor con Él que hará nuestra felicidad por toda la eternidad? Algunos puntos para tener en cuenta:
  • Hacer muchas obras de misericordia para con las almas del Purgatorio. Pedir la celebración de misas en su sufragio, ofrecer rosarios, via crucis, ayunos, alguna mortificación en su favor. María nos dice que cuando oramos por las almas del Purgatorio nos convertimos en intercesores de quienes a su vez intercederán por nosotros. Estas almas nos ayudarán a no atarnos a las cosas terrenales sino a Dios.
  • Ser muy humildes. Esta es una poderosa arma contra Satanás.
  • Confiar plenamente en la bondad de Dios y en su infinita misericordia.
  • Ser muy generoso para con los pobres y darle a Dios el diezmo de nuestros ingresos. “La caridad cubre una multitud de pecados”
  • Ocuparnos de nuestros padres y familiares mayores.
  • Renunciar al pecado y recurrir frecuentemente al sacramento de la Reconciliación (confesión),
  • Ser misericordiosos y perdonar de corazón las ofensas recibidas (“Bienaventurados los misericordiosos porque obtendrán misericordia”, nos dice Jesús (Mt 5, 7)
  • No juzgar a nadie, preferir ser indulgentes. “No juzguen y no serán juzgados”, nos dice Jesús (Mt 7,1)
  • Sobre todo, evitar la murmuración y la calumnia, como también todo pecado contra la caridad. Las calumnias no confesadas desembocan inevitablemente en una dolorosa y prolongada purificación.
5. Preparo mi misión para la India (Nueva Delhi y Kerala) -Sor Emmanuel ya se encuentra allí-. En enero Italia y en marzo Sicilia. Les pido que me apoyen con su ferviente oración para que los frutos sean abundantes y que el Padre Celestial sea glorificado. Juntos formamos una comunidad de orantes y también, gracias a la comunión de los santos, nuestra participación activa en estas misiones incide grandemente en la cantidad de gracias y el número de personas movilizadas por los mensajes. Santa Teresita desde su lejano Carmelo de Lisieux ayudaba poderosamente a los misioneros que batallaban en el terreno difícil y apasionante de la evangelización. ¿Quisieran ser mis santas Teresitas?