Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
La saga iniciada por James Cameron en 1984 parecía definitivamente olvidada. Tras las dos primeras Terminator, realmente brillantes, sobre todo la segunda que fue capaz de marcar una época en el cine de acción de los años noventa, lo cierto es que la siguientes películas, ‘Terminator: La rebelión de las máquinas’, ‘Terminator Salvation’ y ‘Terminator Génesis’ no consiguieron conectar con el público. Los guiones resultaban rebuscados y la exhibición de efectos especiales no llegaba a salvar el buen puerto de los proyectos.
De ahí que ahora Terminator: Destino oscuro’, pretenda entroncar con las dos originales de Jame Cameron. Se trataría de considerar la nueva como la autentica tercera parte dejando en la sombra las otras tres. El reto no eran sencillo y el encargado de ponerlo en marcha fue Tim Miller, director de la popular Dead pool.
El argumento es el siguiente :
Han pasado más de dos décadas desde que Sarah Connor evitara El juicio final, cambiara el futuro y reescribiera el destino de la raza humana. Dani Ramos (Natalia Reyes) lleva una vida sencilla en Ciudad de México con su hermano (Diego Boneta) y su padre cuando un Terminator altamente avanzado y letal, un Rev-9 (Gabriel Luna), retrocede en el tiempo para darle caza y muerte. La supervivencia de Dani dependerá de su alianza con dos guerreras: Grace (Mackenzie Davis), una súper soldado mejorada del futuro, y una Sarah Connor (Linda Hamilton) endurecida por el combate. Mientras que el Rev-9 las persigue, destruyendo despiadadamente todo y todos los que se interponen en su camino, las tres dan con un T-800 (Arnold Schwarzenegger) que forma parte del pasado de Sarah y que podría representar su única esperanza.
En la nueva Terminator, los personajes femeninos en la estela de Linda Hamilton poseen notable protagonismo, así encontramos a la magnética Mackenzie Davis, que interpreta a Grace, una humana modificada para aumentar sus capacidades que viene del futuro, y la colombiana Natalia Reyes, que encarna a Dani, una mexicana a la que deberán proteger de las garras de un nuevo Terminator más letal que nunca . Claro que cuando Arnold aparece en toda su veteranía y carisma nubla a todos sus compañeros de reparto . Ciertamente él es el auténtico, el único – por así decir – Terminator genuino .
Tim Miller impone un ritmo frenético a la película que casi no tiene descanso desde el principio y durante los 130 minutos de metraje . Además el espacio temporal es reducido por lo que continuamente pasan sucesos y casi todos ellos – salvo en su núcleo central – son pura acción . Algunos comentarios han referido el asunto de la frontera mexicana tratando de dotar de un cierto contenido político a este segmento . No tiene más valor que el anecdótico puesto que la película tiene en el divertimento y en el ritmo su única propuesta .
Sobran algunas incoherencias de ciertos personajes asi como las caídas de ritmo justo en los escasos momentos en los que la accón descansa . Lo que vuelve a poner de manifiesto la decadencia del cine contemporáneo que más allá del artificio y de los soberbios efectos especiales suele fallar a la hora de contar historias humanas y verosímiles . Por eso, este Destino oscuro aún resultando brillante en su escenografía y desde luego entretenido como producto cinematográfico no alcanza la calidad de las dos primeras películas dirigidas personalmente por James Cameron . Aunque – eso sí – supere ampliamente a las tres siguientes .
Cameron está detrás de la nueva entrega como productor, lo que parecía una garantía de éxito que sin embargo no se está reflejando en las taquillas. Y nos explica – eso sí – una duda que surgió en muchos de los seguidores: Por qué el Terminator que interpreta Schwarzenegger ha envejecido tanto cuando se trataría de una máquina. Cameron lo explica: Aunque tenga las entrañas de metal en su superficie es orgánico y tiene que comer para que se alimente la parte orgánica de su cuerpo. Cosas de los primitivos Cyborgs.
Curiosa en definitiva, pero mejor revisar los dos Terminator originales. No hay color.