A una semana de las elecciones generales, todas las encuestas apuntan a una reorganización del bloque de centro-derecha en cuanto a reparto de fuerzas se refiere.
El PP de Pablo Casado, a la chita callando, mejorará ostensiblemente sus resultados y se acercará a los 100 diputados. Aunque sigue por detrás del PSOE y permanece muy lejos de los porcentajes logrados por Aznar primero y Rajoy después, Casado podrá respirar tranquilo, al menos unos meses más, como presidente del PP y líder del bloque de centro-derecha.
El mayor cambio se produce en la segunda plaza. Albert Rivera se las prometía muy felices no hace tantos meses y acariciaba la idea de ser el próximo inquilino de La Moncloa superando al PP. Hoy, Ciudadanos, es tan solo un reflejo de lo que fue y pudo ser y cae en la más estricta irrelevancia superado por Vox. Así, según las últimas encuestas publicadas por El País y El Periódico, Ciudadanos no llegaría al 10% de los votos y tendría que conformarse con una horquilla entre los 14 y los 17 diputados. El 28 de abril obtuvo 54. Una debacle sin paliativos.
Los naranjas serían claramente superados por los de Santiago Abascal que mejorarían los resultados del 28-A y llegarían hasta una horquilla entre 46 y 53 diputados, siempre según los sondeos de El Periódico y el País.
Eso sí, en términos generales, la igualdad entre bloques impedirá que se forme un ejecutivo estable, salvo que PSOE y PP se pongan de acuerdo para crear una gran coalición.