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Preocupa el posible agravamiento de la salud mental de Federico Jiménez Losantos

Redacción




Luis Bru.

Persona que conoce de cerca a Federico Jiménez Losantos ha escrito su diagnóstico: «Losantos sufre un creciente deterioro mental»; lo dice quien añade que «no conservo ni resentimientos ni rencores». Ese diagnóstico lo establece César Vidal sobre una prolongada cercanía y literariamente escribe: «quiso volar hacia el sol con alas de cera y cayó en picado hacia el mar», pero percibe en él una completa pérdida del sentido de la realidad, como cuando indica «siempre soñó con volver a la COPE» o «comenzó a creerse omnipotente».

En la conspiranoia del 11 M hemos indagado si se cree sus fabulaciones y mentiras y la respuesta es afirmativa, lo cual indica una incapacidad para diferenciar la verdad de la mentira. Toma las decisiones sin ningún criterio. La última ha sido el cambio de postura respecto a los dirigentes de Vox en Madrid, tan incomprensible como su postura crítica sin fundamento. En julio de 2019 Losantos inició una guerra abierta, Federico Jiménez Losantos y el matrimonio de Vox, Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros. Losantos se llegó a inventar una conspiración de altura según la cual los “aristogatos” no hacían ni caso a Santiago Abascal porque querían desbancarle del poder y quedarse con el partido, algo que no se fundamentaba en ningún dato y que no tenía base real.

A tal punto que Losantos llegó a catalogar a Espinosa de los Monteros como «pobre diablo», «niñato que se pone chulo», «el hijo pequeño y no brillante de Carlos Espinosa de los Monteros», «analfabeto y dominguero» y que «tiene una vanidad ilimitada». Si el diputado ultraderechista es «Ivanhoe», «Espinosa de la Vaina»  o «Artajerjes», su esposa es, entre otros, «Lady Ginebra». Sucedió en el Palco del Real Madrid. Le vino a saludar “un tío muy alto, Espinosa de los Monteros. Los aristogatos te saludan. Detrás estaba Carlos Espinosa, que a ese le conozco de toda la vida. Y llega Rocío. ¡Hola! Soy la aristógata. ¿Qué hago? Lo más difícil en política es encajar, pues empezamos a hablar de los niños, Tengo un corazón de oro”.

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En diferentes campañas ha pedido el voto para Ciudadanos y ha votado a ese partido y lo ha apoyado con todo entusiasmo. En la última campaña un colaborador habitual, Eduardo Inda, consideró que había votado a Vox, cuando él dijo que había votado al PP. Su pérdida del sentido de la realidad estriba en que considera actualmente un desastre sin paliativos la división de la derecha cuando es él quien la ha promovido. Está esquizofrenia moral es bastante habitual en el discurso de Losantos y se está agravando en los últimos tiempos.

Usuario habitual de grandes dosis de somníferos, cuestión que por su uso prolongado es letal para la estabilidad mental, de forma que, prestigiosos psiquiatras consultadas por Rambla Libre, consideran que Losantos está entrando en una depresión, por lo deprimente de la situación económica de su empresa y por las malas expectativas que tiene en las elecciones generales. Tiende al argumento ad hominem y al directo insulto, con comparaciones zoológicas como cuando recientemente se refería a Iñigo Errejón como «esta especie de adulto inconcluso, esa especie de bebé estirado, un Tejeringo de tebeo que no se sabe si es hombre o niño, percebe, ameba o renacuajo o rano tiene algo de todo». Y cuando se refiere a Pedro Sánchez percibimos una proyección: «esta pobre víctima de esquizofrenia paranoide»

Considera que el PSOE va camino de cinco legislaturas de victoria, lo cual va a agravarle la depresión. Aunque bien pudiera ser que no sea una depresión sino una situación deprimente.