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Juan Carlos Quer es la décima denuncia falsa de su ex, que perdió la custodia de su hija bajo presuntos «malos tratos» y abuso del alcohol

Redacción




Miguel Sempere.
Diana López-Pinel ha presentado su décima denuncia presuntamente falsa contra Juan Carlos Quer. Las otras nueve no quedaron en nada, ni tan siquiera se dedujo testimonio de ellas. La custodia de la hija la tiene concedida el padre. La jueza vio en ella «un presunto delito de malos tratos». Con todo, Juan Carlos Quer fue detenido con motivo de la décima denuncia acusado de haber intentado atropellarla. Ante los juzgados, Juan Carlos declaró que su «exmujer perdió el norte y el control hace cinco años» y que «casa paso que da, es un error adicional».
Su hija Valeria salió airada en defensa de su padre señalando que los hechos «son completamente falsos». En este sentido, señaló que a su padre «jamás se le ocurriría». Y añadió: «Es una completa locura lo que ha hecho mi madre, lo desmiento completamente porque es completamente falso. Mi padre no es una persona agresiva». Valeria se encaró con su madre, en imágenes vistas en todas las cadenas, «eres una mentirosa, jamás te ha intentado atropellar, jamás te intento atropellar». A lo que la madre contestó: «¿Que no me ha pegado? Si te ha pegado hasta ti. Este señor es un agresivo y un maltratador».
Después, de nueve denuncias falsas, llega la décima. El sistema utiliza, para no reconocer que hay denuncias falsas, la trampa de sobreseer provisionalmente por falta de pruebas cada denuncia. La mujer tiene vía libre para seguir, en detrimento de las mujeres realmente maltratadas, que se ven sin protección, pues son tantas las denunciantes que las Fuerzas de Seguridad están desbordadas. El varón ha perdido la presunción de inocencia y es detenido y llevado al juzgado como un delincuente. El caso de Juan Carlos Quer es paradigmático. A la denunciante nunca le pasa nada.
El divorcio comienza por una supuesta infidelidad de Juan Carlos Quer, a continuación empieza el divorcio y las denuncias falsas, a día de hoy 9 todas archivadas. El crimen de Diana no tiene nada que ver con el divorcio, exceptuando la falta de control materno de sus hijas…..Con la última denuncia ha presentado 9 denuncias de diferentes índole, todas archivadas.
Ninguna de las denuncias jamás prosperaron, la juez Elena Garde titular en su día del juzgado nº 2 de violencia de género de Pozuelo tampoco dedujo testimonio por dichas denuncias. La custodia de Valeria la tiene el padre, el Juzgado de Instrucción número dos de Ribeira (A Coruña) se la atribuyo a continuación del fallecimiento de Diana, diez días después. El juzgado de instrucción número dos de Ribeira (A Coruña) que le retiró la custodia a la madre se inhibió en favor del juzgado de Pozuelo de Alarcón nº 1, la juez Monica Ferrer.

En el auto judicial donde se le atribuye a Diana López-Pinel «un presunto delito de malos tratos en el ámbito doméstico».

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En el escrito, se explica que «pese a lo alegado por la representación de la denunciada, lo cierto es que en este momento existen indicios fundados de la presunta perpetración de un delito continuado de maltrato, sin perjuicio de que pudiera haber incurrido también en otros ilícitos». La juez también aclara que «no existen, por el contrario, indicios que permitan derivar en este momento imputación criminal alguna contra el padre de ambas jóvenes, por lo que los motivos invocados por la representación de la madre para pretender el alzamiento de la medida carecen de fundamento real».

En el auto, se entiende que fueron víctimas de una situación de abandono por parte de su madre, a quien se acusa de tener problemas con el alcohol y de regresar de madrugada, «algo muy grave» tuvo que ocurrir para que una jueza decidiese retirarle la custodia a una madre y más con una hija desaparecida y con el foco mediático encima.

La jueza de Ribeira de la Coruña actuó con valentía en retirar la custodia a la madre en medio del foco mediático del momento, luego se inhibió a los juzgados de Pozuelo que eran ya conocedores del asunto continuando con la estela del juzgado de Ribeira. Debemos recordar que en los juzgados de Pozuelo en la sentencia de divorcio asignaron la custodia a la madre, años después una hija fallecida y la otra destrozada viviendo con su padre.