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Bolas y vuelos: Determinar rumbo, altura y lugar de aterrizaje

Redacción




Loreto Román. Periodista y escritora. 

Aprovecho la sugerencia de un compañero para dedicar este artículo al pilotaje de la bola, sueño de todo golfista, poder determinar altura, rumbo y lugar de aterrizaje de ese objeto incontrolable, esto parece que va un poco de retintín y es así, que es una bola de golf. Sí sí, como os cuento. De la diversidad de bolas que disponemos, Callaway, Titleis Pro V1, Wilson Staff, Srixon… Aquí no se salva ninguna. Y esta persona nos comenta, “yo volé solo por primera vez con solo seis horas de enseñanza, y llevo jugando al golf mucho más y la bolita no obedece mucho”.

¿Qué?, poneros a pensar, los que juguéis al golf y los que voléis una aeronave, también me valen los combinados vuelo/golf, como es el caso de este compañero y la que escribe. ¿Cómo veis el asunto, esa bola de golf sería posible pilotarla con un simple swing en el que combinásemos buena posición, buen grip, buen back swing y down swing…? O incluso, al hilo de la conversación, ¿es más sencillo pilotar un avión que la tan hablada bola? Como en anteriores artículos seguidme, en esta ocasión volaremos con la bola, intentaremos pilotarla, indicar rumbo, determinar altura, llevar en vuelo la bola siempre centrada… Vamos allá, seguidme.

 

Una pregunta antes de nada, y va dirigida a ti que estás leyendo, golfista o piloto, o incluso los que conozcáis más o menos cualquiera de las dos cosillas, ¿cómo seleccionas la potencia de despegue para superar un obstáculo, esa agua que nos atrae, en todos los campos de golf hay por lo menos un par de lagos, y queremos sobrevolarla, o esa pista corta con árboles en la cabecera 34? ¿Quizás seleccionamos una potencia que nos permite volar alto, altura y velocidad siempre seguridad, pero al mismo tiempo caer/planear cerca? O ¿un tiro raso y fuerte, motor a tope, que nos garantice cruzar el mar y aterrizar donde el azar decida? Complicada decisión de potencia de despegue, y en este caso sin anemómetro, altímétro y mucho menos variómetro.

Bien, continuemos, ya en vuelo decidimos meternos en rough para llegar a green y dentro de las nubes, y así darle esa intensidad que el juego/vuelo se merece. Mucho cuidado, dentro de las nubes no tienes clara la trayectoria y en un bosque tampoco. Intuyes dónde está la bandera, generalmente y muchos lo estaréis pensando, justo detrás del árbol más frondoso de todo el campo. No vale cualquiera, precisamente el más espeso y frondoso. Sí sí, es ese el momento en que piensas mil y una posibilidades mientras te vas acercando a la bola, ninguna muy segura, de golpes, de palos, recuperar calle, arriesgar a que el golpe sea alto y supere el árbol… En vuelo y con las nubes, conviene tener muy claro dónde está el suelo, qué posición llevamos, y regresar lo antes posible a lo azulito, cuanto más intenso mejor. Os lo puedo asegurar, ya he vivido la situación, cualquiera de las dos posibilidades, encontrar el azulito o ver suelo, opciones más que deseadas dentro de las nubes que nos aparecen en vuelo.

 

Campo de golf Meis.

No olvidemos de algo que nos condiciona tantísimo en el pilotaje de la bola y al mismo tiempo de la aeronave. Sí sí, seguro que muchos lo estaréis pensando, las condiciones meteorológicas. Un green mojado puede ser como una pista mojada, hacer que las ruedas del avión y la bola se deslicen y no paren cuando y donde se espera que lo hagan. Así de claro.

Como podemos hablar también del viento, que te saca de rumbo la bola a modo de slice por ejemplo, efecto de la bola hacia la derecha no lo olvidemos, y si es con viento cruzado, perpendicular a la pista, complica la toma de la aeronave, con dos opciones De-crab o Sideslip para realizar el aterrizaje.

Y debemos recordar, motivo por el que se cancelan tanto vuelos como bolas, la tan poco deseada niebla. No es buena compañera, no no. Aparece de forma suave y sinuosa, cuando uno menos se lo espera, estiras el juego, por ahora se ve, continúas en vuelo, por ahora también se ve. Pero tengamos mucha precaución, porque en un pispás no se ve nada de nada y justo ahí la hemos… fastidiado. No, no la fastidiemos, dejemos el juego y el vuelo para otro día, que arriesgar en cualquiera de las dos situaciones no es bueno.

Y si ya se nos complican las cosas mucho más, tormenta de rayos y centellas, ni se juega, ni se vuela

No olvidemos que en golf se pilota a mano y siempre en visual, al menos por ahora. En un avión cabe el vuelo instrumental. No es mi caso, vuelo en ultraligero, vuelo visual, no olvidemos el suelo ni el azul. 

 

Y claro, todos sabemos que cuanto mayor planeo, bola y aeronave, mejor será la toma. Ese putt, que parece que nunca lo acabamos de comprender, intuir y patear como se debe, sobre todo cuando sobrevolamos el hoyo o realizamos una humillante corbata. Bien, vale, tampoco humillante, no exageremos, pero frustrante quizás un poco. Y esa precisión en la toma para poner el avión en los números y nos sobre pista para frenar, o entrar con potencia y flotar sobre la pista. Incluso sobrevolando el rough y virando a base después de un viento en cola, ¿no os parece muy similar cuestión de pilotaje?

Tanto la bola como el avión tienen su planeo, en pista o green, y por más que practiquemos aterrizajes y golpes, siempre habrá factores imprevisibles que determinen meter la bola en el hoyo y una buena toma.

Ahora poneros en el caso de que vuestra bola entra en el hoyo, y en el momento justo en el que cae, sí sí, ese momento, haceros a la idea todos, la bola suena y de una forma muy especial. Ese sonido de la bola cayendo es exactamente igual que el sonido que se escucha cuando cerramos la puerta del hangar y ya hemos dejado nuestro avión ahí dentro, nos hemos hecho un vuelo estupendo, hemos disfrutado como nunca, planos y cola con sus fundas correspondientes, depósito de gasolina para el siguiente vuelo… Y ese sonido, bola embocada y puertas de hangar cerrándose, será cuestión de mucha pasión, afición, ganas, quizás difícil de entender, pero es igualito, como lo estoy diciendo. No lo olvidéis, en ese momento si el sonido es de inmensa satisfacción, es que habéis conseguido lo que pretendías, mucha pasión. No olvidemos golfistas y pilotos, deberemos cubrir la tarjeta antes de entregarla con la firma correspondiente y anotar nuestras horas de vuelo. ¿Os habéis fijado lo similar que es todo?

Vuelo y golf de forma conjunta. Ha sido estupendo pilotar con todos vosotros la bola por todas las coordenadas existentes y aterrizar el avión en un green con viento cruzado. Os puedo asegurar que aunque en ocasiones el pilotaje de la bola es muy complicado, poder determinar altura, rumbo y lugar de aterrizaje, vuelo y golf son dos aficiones estupendas con aspectos muy comunes. Espero haber conseguido compartir con vosotros green, pista, rough, nubes en el campo de golf y en vuelo con nuestro avión.

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